LA SINAGOGA: LUGAR DE CULTO JUDÍO

EXILIO: ORIGEN DE LA SINAGOGA (587- 538 A.C.)

 

El reino de Judá, con su capital Jerusalén, es conquistado por el rey de Babilonia Nabucodonosor (587 a.C.). El Templo es destruído, su tesoro saqueado y sus principales sacerdotes ejecutados, lo que llevó a la gran mayoría de la clase sacerdotal a huir a la ciudad egipcia de Alejandría (Jr 42) y a la Sefarad de la Península Ibérica (Abdias 1, 20). La mayor parte de los habitantes de Jerusalén fueron deportados a Mesopotamia, incluídos sus dirigentes políticos.

Para el pueblo judío fue importantísimo saber cómo poner en práctica los preceptos de la Ley durante su estancia forzada en Babilonia, máxime cuando los Levitas y clase sacerdotal -encargada del culto en Jerusalén- habían  desaparecido, huído o sido exterminados. Esta significativa ausencia hizo que el culto que se hacía en el Templo (todos menos los sacrificios y holocaustos de animales) fuera dirigido por las personas más piadosas y sabias del pueblo. El lugar habilitado para ello fue la sinagoga, que los judíos llamaron Keneset o lugar de reunión comunitaria. En esta tierra extranjera, la sinagoga pasará a ser el centro de la vida judía.

La sinagoga no fue una invención del Pueblo judío en su estancia en Babilonia sino que, como hemos visto, el Templo de Jerusalén y la sinagoga coexistieron por todos los lugares del reino de Judá antes de la reforma de Josías (          ). Ambos espacios no rivalizaron, sino que guardaron una estrecha relación de carácter cúltico y docente.

Aunque muchas de las prácticas y rituales del Templo se siguieron practicando en la sinagoga, otras se prohibieron porque eran competencia exclusiva del Templo. La oración sinagogal (tres veces al día) se consideró la sustituta de los sacrificios(310) practicados en el Templo. En Babilonia, la instrucción de la Toráh y la enseñanza de las escrituras corría a cargo de los “maestros de la Ley”, llamados también escribas. Su función era conservar, transmitir, comentar e interpretar oficialmente la Ley en las sinagogas. Los primeros ejemplos de escribas fueron descritos por Baruc, el ayudante del profeta Jeremías (Jr. 36, 4; 18, 32). La sinagoga era a la vez santuario y aula.

 

310.  La palabra hebrea adedah (servicio) se empleaba en Jerusalén para designar el culto sacrificial que se ofrecía en el Templo. En las sinagogas babilónicas comenzó a aplicarse a la oración sinagogal, que pasó a ser la “abodáh del corazón” (Dt 41).

 

LA ÉPOCA POST-EXILICA: LA RESTAURACIÓN DEL TEMPLO (538-333 A.C).

 

El imperio de Nabucodonosor es reconquistado por el rey persa, Ciro el grande (539 a.C.). Un año después (538 a.C.) este monarca concede la libertad a los judíos desterrados en Babilonia sin pagar rescate alguno (Is 45, 13). Además, su actitud liberal y su gran sentido político le llevaron a respetar y favorecer el culto de los dioses locales (entre ellos Yahvé), ayudando incluso con el erario real a la recontrucción de sus templos, a los que devolvió todos los objetos de culto expoliados por los reyes de Babilonia.

Una vez en Jerusalén, los judíos reconstruyen el Templo de Salomón (Esd 6, 15; Ag 2, 15), comenzando así la etapa histórica llamada del “segundo Templo”. También se vuelve a habilitar sinagogas por todos los lugares del reino de Judá, con el fin de descentralizar el culto de Jerusalén y facilitar la enseñanza de Ley. En Jerusalén, además de restaurarse el Templo, también se construyeron sinagogas por los diferentes barrios de la ciudad(311).

Los personajes más importantes de este período son Esdras (458 a.C.) y Nehemías (445 a.C.). Ellos emprenden una reforma religiosa basada en la práctica de la Ley Mosaica (Esr 7, 11; Neh 8, 9; 12, 26). Se dice que Esdras fue un “escriba en la Ley de Moisés” (Esr 7, 6; 7, 11-12) porque realizó la última revisión de la legislación de la Toráh (400 a.C.). Esta se hizo extensiva también al resto de judíos de la diáspora (los que quedaron en Babilonia, los egipcios de Alejandría, los de Sefarad y las colonias de Grecia y Asia Menor).

A partir de entonces, Israel ya no fue una entidad nacional limitada a unas fronteras, sino que “judío” será aquel que asume la responsabilidad de obedecer la Toráh. Durante este período se escribieron los libros de Job, Proverbios, Cantar de los Cantares, Rut y muchos de los Salmos.

 

311.  En la Jerusalén del siglo I (antes del año 70 d.C.) se habla que había 480 sinagogas en la ciudad, cada una de las cales tenía una “casa del libro” (bet sefer) y una “casa del apredizaje” (bet talmud); en la primera se estudiaba la Ley escrita y en la segunda la Ley oral o Misná.

 

EN LA ÉPOCA HELENÍSTICO-ROMANA: CRISIS DEL CULTO Y EL TEMPLO (333-70 D.C.)

 

-  El griego Alejando Magno (356-323 a.C.)conquista el Imperio Persa del rey Darío III, al que vence en la decisiva batalla de Issos (año 336 a.C.) Tras la muerte de Alejandro, sus generales se reparten el vasto territorio conquistado por él, quedando Palestina bajo el control de los Láguidas de Egipto, llamados también helenistas.

-  Escopas, general de heleno Ptolomeo V Epifanes, es vencido por el seleúcida Antíoco III (223-187 a.C.) al Norte de Palestina (año 200 a.C.), quedando la región bajo la hegemonía de los reyes seléucidas. Este monarca se mostró respetuoso con las costumbres y la fe judía. Pero no así su sucesor Antioco IV Epifanes (año 167 a.C.), que se permitió atentar contra lo más sagrado del judáismo: el Templo y el monoteísmo religiso.

Por la resistencia que opusieron los judíos a la helenizaicón, este monarca prohibió los sacrificios en el Templo, la práctica del sábado, la circuncisión y la lectura de los libros sagrados. También ordenó el cierre de muchas sinagogas locales y la construcción de templos a divinidades griegas, mandando levantar en el de Jerusalén un altar a Zeus Olímpico.

-  Aunque hubo un sector partidario de la helenización, otros muchos no lo soportaron y se alzaron en armas, como Matatías y sus hijos (año 166 a.C.), familia perteneciente a un linaje sacerdotal. A ellos se añadiron también los Asideos (piadosos).

El helenismo termina cuando Simón Macabeo, quinto hijo de Matatías, funda la dinastía Asmonea (año 142 a.C.). Los macabeos conquistan Samaría -destruyendo el Templo del monte Garizin (año 135 a.C)- y la región Norte de Galilea (año 104 a.C.), lo que permitió unificar el territorio histórico del antiguo Israel en torno a una nueva dinastía netamente judía: la Asmonea.

-  El período Asmoneo terminó con la conquista de Palestina por Roma (año 63 a.C.). Para su gobierno y adminsitración, los romanos pusieron a reyezuelos que les rindieron pletesía, como la familia de Herodes el Grande. La paz romana se impuso en toda Judea hasta que estalló de nuevo la sublevación judía contra su ocupación (año 66 d.C.) que, como ya sabemos, fue sofocada por Tito (año 70 d.C.) con la expulsión de la mayoría de la población Palestinense, más conocida como “la gran diáspora judía(237)”.

- Aunque el pensamiento y la filosofía greco-romana es raramente atea por sus creencias en los diosos del Olimpo, en realidad sí que lo fue porque desconfiaron mucho de dichos dioses y creían que podían vivir muy bien sin ellos. Este sentimiento laicista favoreció que los griegos tuvieran una visión menos religiosa y más racionalista de la vida. Si comparamos la helenización del Oriente semita con la romanización de Europa vemos que, mientras la latinización de Occidente fue relativamente fácil y definitiva, la del Oriente no se mostró nada receptiva a la cultura griega. Pese a rechazarla, el mundo semita le infundío un dinamismo religioso y espiritual que los griegos nunca llegaron a entencer y conocer en profundidad.

 

237.  VEASE EL CAPÍTULO:  (2.1.3.- EL PENSAMIENTO RABÍNICO EN LA ETAPA HISPANO-ROMANA)

 

TRAS LA DIÁSPORA JUDÍALA SINAGOGA (70 D-C. – ACTUALIDAD)

 

Las diásporas judías: la dispersión del Pueblo Judío

 

-  Primera diáspora hacia Babilonia. El rey de Babilonia, Nabucodonosor II, declaró la guerra al reino de Israel, conquistando Jerusalén (año 587 a.C.). Para restablecer el orden y su hegemonía, nombra rey de Judea a Sedecías, quien se rebela conta él, provocando (ese mismo año) la destrucción de la ciudad, y la deportación de los líderes de la revuelta y gran parte de su población son hechos prisioneros y deportados a tierras asiro-babiónicas. Pocos desterrados volvieron a Judea (año 538 a.C.), salvo la clase sacerdotal para restablecer el culto del Templo. En esta dispersión vinieron los primeros judíos a la Península Ibérica(114).

Segunda diáspora hacia Antioquía (Asia Menor) y Alejandría (Egipto). En la época helenístico Romana (333 a.C.-70 d.C.), gran número de judíos de Palestina emigran hacia las principales ciudades de estos territorios marítimo-comerciales, buscando prosperidad económica y social. Las comunidades judías crecen demográficamente con gran rapide por las fuertes conversiones de los gentiles (no judíos), impresionados por el genio comercial de los judíos y su alto bienestar.

Tercera diáspora tras la primera guerra judía(1) (años 66-70 d.C.). El emperador Nerón encarga al entonces general Vespasiano sofocar la rebelión judía de Palestina contra el poder de Roma. La décima Legión Fretense permanece apostada durante tres años en el Monte de los Olivos esperando el momento propicio para saltar sobre Jerusalén. Una vez nombrado emperador, Vespasiano (66-79 d.C.) confía la toma de la ciudad a su hijo Tito, quien en el año 70 de nuestra Era la arrasa, destruye el Templo (símbolo religioso y de unidad del pueblo) y deporta a la mayoría de su población hacia las principales comunidades y territorios del Imperio. A este éxodo masivo se le denomina “la gran diáspora”.

Cuarta diáspora tras la segunda guerra judía (años 133-135 d.C.). Los judíos que permanecen en Palestina se rearman y levantan de nuevo contra Roma, esencialmente, por la continua humillación y paganización a la que se ven sometidos. En el año 135 de nuestra Era, el emperador Adriano consigue sofocar la revuelta con consecuencias irreparables para la historia del pueblo judío, como la salida sin retorno de Palestina, la destrucción de lo que queda en pie de Jerusalén, así como la profanación del Templo para dedicar un altar al dios romano Júpiter. Con los escombros se reconstruye una nueva Jerusalén, que llamarán “Aelia Capitolina” (esta ciudad coincide con la actual “ciudadela” amurallada).

 

114.  VEASE  EL CAPITULO: (3.1.1.2.5.- La época del exilio: origen de la sinagoga (587- 538 A.C.).  VEASE TAMBIÉN: LOPEZ ASENSIO, A.;  “Genealogía judía de Calatayud y Sefarad”, pag. 13.  Hace más de 2.500 años que los judíos están presentes en la Península Ibérica. Ya sabemos que cuando Nabucodonosor conquistó Israel (587 a.C.), no todos los deportados fueron a Babilonia, sino que una minoría vino a Sefarad, como así relata el profeta Abdías cuando dice «…los deportados, este ejército de los hijos de Israel, poseerán Cannaán hasta Serepta, y los deportados de Jerusalén , que están en Sefarad, poseerán las tierras del Negrev (desierto de Arabá, al sur de Israel)» (Abdias 1, 20). Sefarad en lengua hebrea significa “lejísimos”, nombre que ellos mismos comienzan a utilizar, mantener y difundir cuando llegaron a la Hispania prerromana.

 

La sinagoga: lugar de culto para los judíos

 

Como ya hemos visto anteriormente, tras las dos últimas guerras judías dio comienzo la dispersión definitiva de los judíos de Palestina hacia todas las provincias del Imperio romano, incluída Hispania. La institución sinagogal se convertirá a partir de entonces en el único signo de unidad de todos los miembros de la diáspora, asegurándles un lugar público de expresión de su fe, de educaicón en la ley y en las prácticas judías.

En torno a la sinagoga girará toda la actividad religiosa, social, judicial, docente y política de la comunidad, siendo una de sus principales funciones congregar a la aljama para la lectura de la Toráh, para escuchar su enseñanza a través de los sermones del rabino, para recitar la oración litúrgica diaria siempre que haya minyan (un quorum mínimo de diez personas) y cualquier fiesta que exija culto con celebración litúrgica, especialemnte las pascuas, ayunos y el sabbat

Sea cual fuere la época en que se sitúen los comienzos de la sinagoga, ésta no fue jamás un rival del Templo de Jerusalén, el único simbolo religioso y del culto del mundo judío antiguo. Pese a ello, el centro de interés de las comunidades de la dispersión será la sinagoga.

Si el Templo representa el pasado, el individualismo religioso con holocaustos, sacrificios y ofrendas que nada dicen al hombre, la sinagoga por el contrario encarna el futuro bajo dos ideas fundamentales: una nueva forma de relacionarse con Yahvé y una nueva forma de vivir y potenciar la comunidad (oración en común en minyan, culto sinagogal participativo, escuela en grupo y reunión comunitaria). La sinagoga esta abierta a formas de culto más participativas que no sólo fomentan la fe y respuesta personal, sino incluso la oración comunitaria y la amistad con Yahvé.

 

DESCRIPCIÓN DE LAS SINAGOGAS MEDIEVALES

 

La apariencia exterior de las sinagogas aragonesas

No se conservan vestigios de edificios sinagogales en Aragón hasta el siglo XIV. En muchos de nuestros pueblos aún se conservan calles o edificios con el nombre de “sinagoga”, lugares que evidencian donde estuvo su antigua ubicación. Por desgracia, ninguna de ellas ha quedado en pié, salvo la ermita de San Antón de Hijar y los muros exteriores de la sinagoga Mayor de Calatayud.

Las características de las sinagogas medievales de la Península Ibérica (Castilla, Corona de Aragón y Navarra) fueron comunes:

 

-  En la Edad Media, la construcción de una Sinagoga no fue fácil, ya que requería de la autorización del Rey, además de las correspondientes licencias eclesiásticas(1). Lo mismo sucedía para las reformas o ampliación de las existentes.

-  El Talmud prescribe que las sinagogas deben construirse en el lugar más alto de la ciudad o judería (Tos Meg 4, 22-23). Si esto no era posible, que «la sinagoga supere en altura a los edificios colindantes» (TB Sab 11a), porque “cualquier ciudad cuyos tejados sean más altos que la sinagoga, será destruida” (TB Saplía). Para evitarlo, se alzaba sobre el tejado de la misma un mástil de madera que sobrepasase la altura de los edificios aledaños.

-  La sinagoga, tal y como prescribe el Talmud(318), tiene que estar orientada hacia el Este geográfico para que el fiel pueda orar mirando hacia Jerusalén (TB Ber 30a). En este muro oriental estará ubicado el armario de la Toráh o Aron(319).

-  La sinagoga debe tener obligatoriamente ventanas(320), igual que la casa donde oraba el profeta Daniel(321). El Talmud prohibe rezar en una habitación sin ventanas (TB ber 34b). La Halaja establece que las paredes que se construyan junto a las ventanas de la sinagoga deben ser demolidas, incluso prohibe edificar a menos de seis pies de distancia (metro y medio de anchura) ya que «la sinagoga necesita mucha luz» (S Ar OH 150,4).

-  Por regla general, las sinagogas tienen dos puertas de entrada, una para los hombres (que daba acceso al patio o Azara y de allí a la sala de oración) y otra para las mujeres y niños (que daba acceso directo al matroneo mediante un ramo de escaleras y sin pasar por el patio sinagogal). Las sinagogas pequeñas y con problemas de espacio no tienen patio, sino dos puertas de acceso inmediato: una a la sala de oración y otra al matroneo, respectivamente.

 

317.  LOPEZ ASENSIO, A.;  Op.  Cit.  “Sabiduría judía de Calatayud y Sefarad”, pag. 143.

318.    «Los que se encuentren fuera de la tierra de Israel deben volver su corazón hacia la tierra de Israel; los que estén en Israel volverán su corazón hacia Jerusalen, y en Jerusalen hacia el Templo... En consecuencia, aquellos que están en el norte de Jerusalen volverán su rostro al sur; los que están en el sur hacia el norte; los del Oeste, hacia el Este, de modo que todo Israel rece (orientado) hacia el mismo lugar» (Tos Ber 3,15-16).

319.    VEASE APENDICE DOCUMENTAL Nº 3.  «Ianuas vel ianuas, fenestram vel fenestras in dicta domo vocata la sinoga mayor si neccessarium fuerit de novo aperiendi aliasque ianuas et fenestras que nunc sunt aperte in dicta somo vocata la sinoga mayor».

320.    «Cuando Daniel se enteró de la promulgación del dedreto, subió al piso superior de su casa, que tenía ventanas orientadas hacia Jerusalen. Y arrodillando oraba dando gracias a Dios tres veces al día, como solía hacerlo» (Daniel 6,11).

 

El interior de las sinagogas de Sefarad

 

La disposición de su espacio interior giraba, como era tradicional, en torno a cuatro ejes fundamentales: el armario de la Toráh, la tribuna, los asientos y el lugar reservado a las mujeres y los niños(1).

 

-  El armario de la Toráh. En el muro Este (el que mira a Jerusalén) se encuentra el Tebáh Arón o Armario de la Toráh(322), en cuyo interior se guardaba el Sefer Toráh o rollos de la Toráh(323) y algunos textos de los profetas o Haftaráh

Junto al armario se abre la Genizáh(324), una hornacina o cámara oculta donde se guardan los objetos deteriorados y en desuso que habían servido para el culto sinagogal. Era obligatorio que delante del Arca ardiera constantemente la luz perpetua de una lámpara o Ner Tamid, que se alimentaba de aceite de oliva puro.

Por  el año 1479, el converso bilbilitano Jorge de la Cabra solía enviar a menudo a su moça o sirvienta, Anthona, con olio (aceite) a casa de su amigo y médico don Tradoz Constantin y “levava una rova o media lo qual le levava en un cantaro(325)”  y allí le decía «Anthonica y finte effa oliera deffe olio que trae e lieva lo a la sinoga... y davalo a un judio viexo cuyo nombre no sabe falvo que era viexo y cano y no grande fino hombre de media eftatura», era el rabino de la sinagoga.

 Es curioso comprobar que, en la licencia de reedificación de la Sinagoga Menor de Calatayud(326), fechada el 25 de Septiembre de 1368, el Obispo de Tarazona autoriza a hacer «al mismo tiempo armarios para los libros de la Ley, las vestiduras sagradas y candelabros o lámparas de acuerdo con las normas (midrás) de Rabí Samuel o los textos sagrados», sin detallar la distribución de estos espacios litúrgicos.

Aunque no es esencial, se suele colocar delante del Armario de la Toráh la menoráh o candelabro de siete brazos, en recuerdo del candelabro mandado construir por Yahvé para iluminar el Arca de la Alianza. La menoráh nunca se enciende en los oficios religiosos, sino que es un elemento decorativo y un signo de la presencia de Yahvé en medio de la congregación.

-  La tribuna donde se lee la Toráh. La tribuna o Bimáh(327) -llamada también thevá(328) o púlpito- se usaba para la lectura de los textos bíblicos, su exégesis homilética y toda clase de bendiciones y exaltaciones religiosas. La tribuna contaba con un atril o kursya que sirve al lector para apoyar los rollos de la Toráh (TB Meg 26b).

La ubicación de la Bimáh no tenía reglas fijas. Para el cabalista de Sefarad, Juçe Caro(329), su posición podía cambiar según el lugar y el tiempo (Sefer Misnah a Yad, Tef ll,3). En alguna sinagoga hispánica medieval, como la del Tránsito en Toledo y la de Córdoba, se colocó en el muro Oeste de la sala,  frente al Armario de la Toráh(330), costumbre implantada por todas las juderías de la Península Ibérica.

La sinagoga de Calatayud tenía, como es habitual, su tribuna donde se lee la Toráh y los textos sagrados. El 8 de marzo de 1488, el judío de Calatayud, Vidal Benpesat, declara ante el tribunal de la inquisición que juzga a Simón de Santa Clara, que “oyo el presente testimonio deposante que el dicho Simon de Sancta Clara que cantava en ebrayco las vendiciones que dize hun muchacho judio en la sinoga cada sabado despues que ha leydo el rabí en la tribuna en la Tora(3)”.

-  Los asientos de la sinagoga. Los asientos o Sedes de las sinagogas se distribuyen en bancadas por toda la nave, orientados siempre hacia el muro Este donde estaba el Armario de la Toráh. En algunas aljamas se adjudicaban por medio de comités especiales(331) creados especialmente para estas ocasiones. En otras eran vendidos en propiedad, variando el precio según su proximidad al armario de la Toráh y a la categoría de la sinagoga.

El rey de Aragón, Pedro IV, otorga al judío de Zaragoza, Gazella Avenarama (artesano de Perlas), el permiso de construirse para él y su descendencia dos asientos: “aliguen locum propium ad sedendum deputatum(2)” (algún lugar propio donde sentare separado), junto al portal cerrado por una pared de la Sinagoga de Calatayud.

-  El lugar reservado para las mujeres y niños. El Talmud dice que “la mujer no puede leer la escritura por respeto a la congregación” (TB Meg 23a; Tos Meg 4,11). Por ello, las sinagogas tienen reservado un espacio separado o matroneo (ezrat nashim) para que puedan desde allí (junto con los niños y los goyim o gentiles) participar de la oración y de las diferentes celebraciones litúrgicas.

Es un rasgo antiguo y característico de la sinagoga tradicional. Sigue la estructura establecida en el Templo de Jerusalén, que tenía una ezrat nashim (espacio reservado a las mujeres) para evitar toda ligereza, falta de decoro o conducta inapropiada entre los hombres y mujeres que acudían a diario al Templo sagrado.

Las sinagogas medievales adoptaron las dos soluciones empleadas en las sinagogas antiguas de Palestina: en unos casos, se conservó la costumbre de construir matroneos elevados (una especie de galería a modo de coro, como en las sinagogas de Toledo o Córdoba(332); en otros, se habilitó un espacio o habitación bajo el piso de la sala de oración o al mismo nivel, siempre separada de ella mediante cortinas o muros. Los judíos aragoneses prefirieron construir sus matroneos en espacios o coros elevados, bien frente al armario de la Toráh (en el muro Oeste de la nave sinagogal), bien en uno de los muros laterales, al estilo de la sinagoga de Hijar.

 El patio de acceso o azara. Tras cruzar el umbral de la puerta o puertas exteriores se accedía directamente a la azara o patio de la sinagoga, un atrio donde había una pila con agua para que los varones se lavasen las manos y cara (abluciones) antes de entrar a la sala de oración. Las mujeres entraban por una puerta diferente con acceso directo al matroneo. Parece que el patio de la sinagoga Mayor de Calatayud no estaba al aire libre, sino que era un espacio interior. Sobre él estaba el matroneo con acceso directo por la puerta de las mujeres.

El tribunal de los dayyanim o jueces de la aljama judía de Calatayud celebraban sus juicios en “la azara de la sinagoga Mayor”, como así hicieron cuando presidieron un juicio entre el bilbilitano rabí Açach Arama y el judío zaragozano Noha Chinillo(X) en el año 1489.

-  La decoración interior de la sinagoga. Aunque su apariencia exterior era modesta, la belleza se concentraba generalmente en el interior. No hay que olvidar que tanto la Toráh (Dt 4, 15-20) como las prescripciones rabínicas contenidas en la Misná (Az 3, 1 San 7, 6) prohiben expresamente representar figuras humanas y de animales para no incurrir en el pecado de idolatría(333), de ahí que las sinagogas carezcan por completo de cualquier imagen que pueda ser susceptible de culto.

Su interior era adornado con lujosa ornamentación vegetal y frases de textos bíblicos (costumbre de tradición islámica), motivos que ayudaban al piadoso judío a caer en la cuenta que es un lugar de alabanza y encuentro con Yahvé.

Esta decoración la realizan los bonfullas(334), un oficio que desempeñan algunos judíos para decorar las sinagogas y demás edificios públicos. Los bonfullas repujan hojas y escenas vegetales en una gruesa capa de yeso para repujar y ornamentar las pareces. La palabra aragonesa fullat significa follaje, por lo que bonfulla significa “buen hacedor de hojas”.

 

(1) LOPEZ ASENSIO, A.;  Op.  Cit.  “Sabiduría judía de Calatayud y Sefarad”, pag. 144 ss.

321.    VEASE LA NOTA Nº  108.  El contenido principal de la Toráh no es el doctrinal (homilético, ético, dogmático...) sino el normativo (precepto, norma), llamado en lenguaje técnico halajá que en hebreo significa camino, moral. Cuando la  halajá está acompañada de un texto bíblico que la fundamenta, entonces será “midrás-halajáh” (en hebreo, “comentario” bíblico). La literatura rabínica, en sentido estricto, es la literatura de la halajá y del “midras-halajá”. Todo aquello que no es halajá, como pueden ser narraciones, reflexiones morales, homilías, máximas, apologías, especulaciones de todo tipo, proverbios, etc. se denomina en el lenguaje rabínico como haffadáh (narración).

322.    El Arca es un cofre, caja o armario donde se guardan los rollos de la Toráh  (a veces también  algunos rollos de los profetas o Nebiim). Los rollos de la Toráh están custodiados en unos estuches o theké y se envuelven en unos lienzos de lino.   El volumen de la Toráh se enrolla alrededor de dos palos o cilindros de madera, llamados hayyim (arbol de la vida). El Arca de la Toráh es llamada en hebreo Tebah Aron y a veces Aron ha-kodes (Arca santa), mientras que en arameo es la Tebuta o Arona (TB Sab 32a). La tradición rabínica  la llama Tebáh como abreviación de Tebáh sel Sefarim (arca o cofre de libros). El término Aron (Arca) alude al Arca de la Alianza que guardaba las tablas de la Ley (Ex 25,10; Nm 10, 35-36; 14,44), apareciendo raramente en las fuentes rabínicas.

323.    El rollo de la Torah contiene los cinco primeros libros de la biblia (Génesis, Exodo, Números, Levítico y Deuteronomio). El Rollo de la Ley está escrito bajo una serie de prescripciones: se ha de escribir por unos escribas especiales (soferim) sobre pergaminos debidamente preparados con pieles de animales declarados Casher o puros (Lev. 11, 1-9).  Las hojas de pergamino, debidamente ensambladas, forman una tira que va sujeta a ambos extremos por unos palos que permiten su fácil enrolla

324.  La genizáh (del arameo, “GNZ”, ser precisoso, estar oculto) es la cámara de la sinagoga en la que los judíos poseían los manuscritos de los libros sagrados ya inservibles para el uso litúrgico, a fin de enterrarlos después de cierto tiempo en tierra sagrada y preservarlos de cualquier profanación o corrupción.

325.  VÉASE APÉNDICE DOCUMENTAL Nº 3.    «...vel minitam fieri faciendi et operandi, theva, toras et lampadas ibi ponendi secundum midras de rabi simuel vel vidras testorum...».

326. ASCZ, caja 6, Proceso contra Isabel Lunell, pag. 6 vto..    Isabel Lunell fué juzgada por el tribunal de la inquisición de practicar ritos y ceremonias judáicas, posiblemente influenciada por la familia conversa de su marido Jorge de la Cabra, benefactor de la iglesia de San Pablo.  Anthona fue una de las testigos que declaró en su contra. Al final del proceso Isabel quedó absuelta.

327.    La bimáh es una plataforma elevada, una especie de púlpito o tribuna con barandilla y atril de madera desde donde lee y proclama la Toráh y la Sagrada Escritura con su posterior explicación (S Ar Oj 150, 5). En la actualidad  la bimáh se denomina también Al-Memar, forma truncada del árabe Al-Mimbar con la que se designa la cátedra o púlpito que sirve en las mezquitas para la predicación. La costumbre moderna de colocar la bimáh en la parte delantera de la sinagoga (frente al armario y los asientos detrás) provocó al principio mucha oposición (S Ar OH 150,5). En 1886 los rabinos de Hungría y de Gales dictaron herem (pena de excomunión) contra esta práctica. Sin embargo, arraigó con fuerza en Estados Unidos.

328.  VEASE APÉNDICE DOCUMENTAL Nº 147.

329.    SAENZ-BADILLOS, A., y TARGARONA BORRAS, J.;  “Diccionario de Autores judíos”.  Juçe Caro (1488-1575) nació en Sefarad (España), fué autor de «Shulhan Arukh» manual práctico sobre todos los aspectos de la vida religiosa judía, pero también de un curioso y apasionado diario en que anotaba sus experiencias extásicas reveladas por un Maggid o Angel mensajero de las potencias celestes. El ejemplo de Caro resulta particularmente instructivo, pues demuestra la posibilidad de conjugar la erudición rabínica (Halakáh) con la experiencia mística de tipo cabalístico, de tal manera que hallaba en la cábala tanto unos fundamentos teóricos como un método práctico para obtener el éxtasis y asegurar así la presencia del Maggid. Murió en Safed, en la región de la Galilea, al norte de Israel. Su tumba es hoy motivo de veneración por los seguidores del movimiento místico y  cabalístico. Aun se conserva en Safed su sinagoga original siendo esta un prototipo de lo que fué la sinagoga hispana del siglo XV .

330.  La costumbre de ubicar la bimáh en el muro opuesto al del armario de la Toráh se debía al rito litúrgico por el cual, al ser extraído el rollo sacro del Arca o armario se llevaba en procesión hasta el otro extremo del muro para que desde la bimáh se proclamase la liturgia de la palabra y el fiel judío la escuchase mirando hacia Jerusalen.

(3)  AHPZ, Caja 12, Nº 7;  Proceso inquisitorial contra Simon de Sancta Clara, pag. 62 vto. VEASE APENDICE DOCUMENTAL.

331.  CANTERA BURGOS, F.;  op. cit.  «Las sinagogas españolas»  pag. 10ss.

(2)  ACA, Real Cancillería, Reg. 885, fol 8. “Nos Petrus, rex Aragon… attendientes per te Gazella Avenarama de domo nostra, perlerium, judeum civitatis Cesarauguste, nobis fuiste expsitum reverenter, quod in sinagoga judeorum Calatayubii est quoddam portale cumm pariete clausum, ad latus cuius intra est locus vacuus, n quo possent due sedes fieri competenter, qui quidem locus non est aliquii assignatus, et tu non habes in iposa sinagoga aliquen locum proprium ad sedendum deputatum. Ideo. Pro gratis servitiis per te predecessoribus nostris et nobis impensis te volentes prosequi graciose, cum presenti damus et concedimos tibi, dicto Gazella, quod sino juris preindicio alieni in dicto loco vacuo ipsisus sinagoga possis facere seu construere aut constui facere duas sedes, que sint tue et predecessorum tuorum imperpetuum et de eis ad vestram possitis facere voluntatem”.332.  CANTERA BURGOS, F.; op. cit.  «Las sinagogas españolas», pag. 20ss.

332.

(X)  LOPEZ ASENSIO, A.;  Op.  Cit.  “Sabiduría judía…”, pag…………………………………………………………………..

333.  VEASE CAPÍTULO:  (2.1.6.5.- Diferencias doctrinales entre judios y cristianos).  La idolatría esta prohibida en la Toráh desde que el pueblo adoró al becerro de oro en el monte Sinaí: (514)   “Tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Yahvé os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o femenina, figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo, figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra. Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahvé tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo, pero a vosotros os tomó Yahvé y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo sois hoy”  (Dt 4, 15-20) .

 

(334)  APNC, tomo 47, 1471, Leonar de Sancta Fe, pag. 248 vto.  Los judíos residentes en esos momentos en Calatayud, pero oriundos de la ciudad castellana de Medina del Campo, Açach Avençur y Mosse Beçudo, firman capitulaciones laborales para ponerse con el pintor bilbilitano Joahn Rins para aprender la técnica del aguafuerte para dorar y platear. VEASE TAMBIEN: LOPEZ ASENSIO, A.;  Op. Cit.  “La judería de Calatayud”, pag. 313.

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