LOS JUDÍOS DE ARAGÓN Y SEFARAD

EN LA EDAD MEDIA (MANUAL DEL PROFESOR)

Por: Álvaro López Asensio

Página web: www.alopezasen.com

 

El profesor, historiador y teólogo, Álvaro López Asensio, ha publicado, junto al historiador, Javier González Ruiz, un manual encargado por el Gobierno de Aragón para que los docentes  puedan impartir con rigor el pasado y legado judío en la materia de Historia de España.


El manual titulado: “LOS JUDÍOS DE ARAGÓN Y SEFARAD EN LA EDAD MEDIA (MANUAL DEL PROFESOR)” se puede consultar y bajar gratuitamente en la página: www.alopezasen.com


En la actualidad, el profesorado que imparte Historia de España en los Institutos aragoneses y españoles, tiene serias dificultades para impartir conocimientos sobre el legado y pasado judío. Existe un vacío entre el profesorado de Secundaria porque apenas se ha abordado en profundidad su enseñanza durante su formación universitaria, que ha priorizado más otros estudios, capítulos y disciplinas historiográficas.


El objetivo de este libro de consulta es paliar este vacío formativo y el profesorado pueda impartir mejor el pasado y legado judío en la materia de Historia de España, cuyos contenidos se recogen en las Unidades Didácticas que los autores ya redactamos a petición de la Consejería de Educación del Gobierno de Aragón, para ESO y Bachillerato.


Aragón ha sido la primera Comunidad de España en implantar de manera “no oficial” esta enseñanza. Por ello, es necesario que la Consejería de Educación modifique durante el presente curso su currículum para que, de manera reglada, entre en vigor “oficialmente” durante el próximo 2025-2026. Esperamos que Aragón siga siendo un referente para el resto de Comunidades Autónomas en breve plazo de tiempo. Este manual del profesor y sus Unidades Didácticas serán una buena herramienta para conseguirlo.


Todo este material permitirán conocer el desprecio, marginación y persecución que vivieron los judíos y conversos durante la Edad Media, un ejemplo pedagógico del pasado que ayudará al alumnado a comprender la convivencia, respetar al diferente y superar los valores negativos de la intolerancia y violencia tan arraigados en nuestra sociedad.


El alumnado comprenderá mejor la coexistencia de las tres culturas durante la Edad Media (desmitificando la falsa creencia de una convivencia pacífica), así como las causas y consecuencias de su expulsión en 1492. También habrá un apartado significativo sobre el legado que nos han dejado como herencia: 

A.- Herencia social: las clases sociales, la gobernanza con sus dirigentes, la justicia con sus jueces, la vida religiosa en las sinagogas y el hogar, utensilios utilizados para la oración, las principales fiestas judías como el Shabat y Pesaj o pascua, las costumbres de su ciclo vital, etc. 

B.- Herencia cultural: la presencia de los judíos en la historia de España ha sido muy importante porque, a partir del siglo XII, no sólo fueron los que transmitieron a la sociedad cristiana los conocimientos y los autores clásicos greco-romanos, sino incluso las investigaciones y comentarios científicos de los pensadores musulmanes en disciplinas tan diversas como la medicina, la astronomía, las matemáticas, la música y, sobre todo, la filosofía, entre otras. 

C.- Herencia económica: A pesar de la despoblación y presión fiscal que soportaron las aljamas judías aragonesas durante el siglo XV, por las imposiciones reales y el fenómeno masivo de las conversiones, los judíos siguieron teniendo -junto con sus parientes judeoconversos- un alto nivel de vida y un gran peso específico social, lo que permitió que se convirtieran en la verdadera burguesía económica, capaz de absorber gran parte del estamento nobiliario y de la clase media. Esta influencia económica motivó que la comunidad cristiana alimentara cierto recelo hacia las condiciones de vida de los judíos, en ocasiones, muy superiores a la de los cristianos. Los préstamos que concedían, elevó su nivel de vida y provocó que los cristianos alimentaran una animadversión hacia sus personas y bienes. 

D.- Herencia patrimonial: podemos visitar multitud de juderías por toda la Península Ibérica. Sus trazados urbanos nos transportan a la Edad Media. En muchas de ellas se conservan sinagogas como en Toledo, Córdoba, Lorca, etc. En Aragón se pueden visitar los oratorios de Híjar, Calatayud y posiblemente en Uncastillo. También nos han dejado multitud de legajos en ebrayco o aljamiados, es decir, textos con grafía hebrea pero en lengua romance. 

E.- Herencia gastronómica: en el aspecto culinario también nos han aportado interesantes platos. Los famosos cocidos con legumbres y derivados del cerdo provienen del famoso hamín que se comía en el shabat. Los arrucaques judíos son nuestras torrijas. Las alcahalillas hebreas derivaron en nuestras culecas o monas. También los rollos o roscones abizcochados -tan populares por toda la geografía peninsular- provienen de la repostería judía. Estos y otros muchos ejemplos fueron transmitidos por los conversos de judío a la sociedad cristiana, lógicamente después de la expulsión de 1492. 

El antijudaísmo no es un problema menor, ya que fue un grave problema de convivencia social durante el Medievo, que junto con la expulsión de 1492, la condición social de los conversos de judío durante los siglos XV-XVI, la limpieza de sangre y la persecución de la Inquisición, ayudarán a comprender el caminos que todavía nos queda por recorrer en la tolerancia y respeto al diferente: el objetivo es conocer para respetar. 

La presencia de los judíos en la historia de España ha sido muy importante, no sólo por su herencia, sino porque a partir del siglo XII fueron los que transmitieron a la sociedad cristiana los conocimientos y los autores clásicos greco-romanos, sino incluso las investigaciones y comentarios científicos de los pensadores musulmanes en disciplinas como la medicina, la astronomía, las matemáticas, la música y, sobre todo, la filosofía, entre otras.

Los intelectuales musulmanes se marcharon cuando los reyes aragoneses y castellanos conquistaban sus territorios. Pero los judíos se quedaron, lo que favoreció que esos conocimientos los tradujeran al latín y los transmitieran a una sociedad cristiana poco culta y dada al estudio. Esta instrucción, lejos de perderse, favoreció que en los monasterios floreciera el saber antiguo en sus bibliotecas y se enseñara, más tarde, en las scolas y universidades medievales. Gracias a los judíos los reinos cristianos accedieron a la cultura y a la ciencia, que rápidamente se transmitió al resto de Europa. Ellos fueron el nexo de unión entre una sociedad avanzada como la musulmana y un pueblo receptivo a aprender, de ahí la importancia que han tenido para la Historia y modernización de España y Europa.

Pero las instituciones y sociedad aragonesa no supieron apreciar su contribución cultural y su predisposición emprendedora para la economía del reino. Desde el siglo XIII, los cristianos y judíos de Aragón (influenciados por la postura oficial de la Iglesia) no vivieron en un plano de igualdad, ni tuvieron una convivencia pacífica como actualmente se nos quiere hacer creer por intereses políticos o sociales, sino que más bien coexistieran forzados a respetarse en lo profesional y tolerarse en lo interpersonal, religioso y organizativo.


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