LA ORACIÓN DE LOS JUDIOS DE SEFARAD
1.- ORACIONES DE LOS OFICIOS COTIDIANOS
En la Edad Media, el culto sinagogal adquirió mayor protagonismo y asistencia los lunes, jueves y en el shabat. Los tres oficios diarios tienen parecido esquema litúrgico-celebrativo; veamos su estructura
1.- La oración de la mañana o Sahjarit
A.- Hombres y mujeres entran en la sinagoga. Mientras que los hombres mayores de edad van a la nave sinagogal, las mujeres y niños menores de edad suben al matroneo para seguir la oración litúrgica de los varones.
A.- Los judíos se sientan en las sedes o asientos de la sala sinagogal. Todos esperan a que el rabino comience la oración ataviado con sus ropas litúrgicas.
C.- La oración de la mañana (la más completa) comienza con las “bendiciones del amanecer” acompañadas de diversas oraciones comunitarias de acción de gracias por la vida corporal y el alma (encontrada limpia al despertar). Después se bendice a la Torá que da vida a cada individuo, así como una serie de beneficios por los que conviene bendecir a Yahvé cada mañana. Las “bendiciones del amanecer” son una expresión de las necesidades particulares del hombre. Comienza con el himno alegre llamado “Adom Olam” que proclama los fundamentos de la fe judía: la grandeza de Dios, al mismo tiempo que se proclama su proximidad a cada criatura.
B.- A continuación se reza el Pesuke de Zimrá, que consiste en la recitación de varios Salmos aleluyáticos (del 145 al 150) que recuerdan la acción de Yahvé en la naturaleza y en la historia, así como el “cántico del mar Rojo”, uno de los ejes centrales de esta parte.
C.- Después se pronuncia el credo judío: Shemá Israel (Dt 6, 4ss.); seguido de las 18 bendiciones, llamadas Semonéh Esreh. Es la oración propiamente dicha o têfilla porque se dice de pie. Por el Talmud conocemos el texto de estas bendiciones que integran la tefilláh. El contenido de las 18 bendiciones alude a las necesidades de la vida cotidiana y a los deseos de restauración mesiánica del pueblo. Comienza con una alabanza a Dios y concluyen con una acción de gracias por su bondad, suplicando su bendición general. De la cuarta a la novena se pide conocimiento, arrepentimiento, perdón, liberación del mal, salud y los frutos de la tierra; de la décima a la decimo secta, la reunión de los dispersos, la restauración de la soberanía nacional, la destrucción de los impíos, el premio de los justos, la reedificación de Jerusalén, el envío del mesías, el escuchar las plegarias y la restauración del culto sacrificial.
D.- En la recta final de la oración se dice el Kadish, una oración en la que se pide la llegada del reino de los cielos.
E.- Todas las oraciones cotidianas (mañana, tarde y anochecer) terminan con el rezo del Alenú, que proclama la realeza de Dios sobre el mundo terrenal.
2.- La oración de la tarde o Minhá
- Pese a que
sigue el mismo esquema que la oración de la mañana, se suprimen las
“bendiciones del amanecer”, el rezo de los Salmos del Pesuke de Zimrá y el Shemá
con sus bendiciones.
- La oración de la tarde es muy corta: tan sólo se recita el salmo 145, las bendiciones del Semoné Esré, para finalizar con el Alenú.
3.- La oración del anochecer o Arbit
- La oración comienza con la recitación del Shemá, continúa con la oración o tefilláh contenida en las bendiciones del Semoné Esré, y termina con el Alenú.
2.- ORACIONES DE LOS OFICIOS DEL SHABAT
Desde la época rabínica (a partir del siglo I de nuestra Era), el culto ya no depende de la clase sacerdotal sino de la propia comunidad representada en la figura del rabino, considerado como un laico más. La única diferencia sobre el resto de creyentes es su aventajamiento en el conocimiento de la Torá.
Aunque en el culto sinagogal participa como cualquier fiel -ya que la liturgia y la lectura de los textos bíblicos la podía dirigir cualquier judío adulto-, la homilía y la bendición final está únicamente reservada al rabino. En el caso de que no estuviera presente, su función la asumía el Hazán (el cantor oficial de la sinagoga), que generalmente recita las plegarias los sábados y días festivos a falta de lectores voluntarios. Veamos la estructura de los oficios celebrados en shabat y principales fiestas judías.
A.- La oración de la mañana o Sahjarit
1.- Sigue la misma estructura que la oración de la mañana de los días de hacienda o cotidianos, incluida la “bendición del amanecer”.
2.- Después del Kadish y justo antes de terminar con el Alenu, se leen los textos de la Torá y de los profetas, según ordena el ciclo litúrgico judío. Las Sagradas Escrituras se leen en lengua vernácula hebrea, siendo traducida (Targum) al acabar de leerse. Cualquier varón mayor de doce años podía leer las Escrituras en la sinagoga (M Meg 4,6), siendo costumbre escucharlas de Pie (TB Yom 7,1).
3.- Cuando llega el momento, se abre el Arca y se extrae de su interior el rollo sagrado de la Torá (sefer Torá), poniéndose de pie toda la asamblea en señal de respeto.
4.- El manuscrito de la Ley es llevado en procesión por la sinagoga, que todos veneran a su paso.
5.- Colocado el rollo sagrado en la tribuna o Bimáh, el maestro de ceremonias invita a varios de los presentes a su lectura (siete lecturas en sábado, seis en el día del Yom Kipur, cinco en los días festivos, cuatro en los días de luna nueva y fiestas menores que caen entre semana).
6.- Una vez leídos los correspondientes textos y pasajes bíblicos, el rabino hace su oportuno comentario homilético.
7.- Antes de terminar, se recita la oración suplementaria del Musaf .
8.- La celebración litúrgica finaliza con el Alenu.
B.- La oración de la tarde o Minhá
- La misma estructura que el resto de días de la semana.
C.- La oración del anochecer o Arbit
- La misma estructura que el resto de días de la semana.
- El shabat concluye con el oficio de la Habdalá (despedida de la novia del shabat). Despues de cantar los Salmos 147 y 67 (que piden que vuelva dentro de siete días el shabat), se recita la Habdalá en la cuarta bendición del Semoné Esré.
3.- LOS OFICIOS RELIGIOSOS DIARIOS DE LOS JUDIOS DE SEFARAD
A.- La tefilá se vincula con la oración cotidiana de la mañana, tarde y noche. Los pasajes talmúdicos invitan con frecuencia a practicar la oración sinagogal, ya que "la oración de un hombre es oída solamente en la sinagoga" (TB Ber 6a), de ahí que sea concebida como bet-têfillah (casa de oración y encuentro con Dios). En ella los judíos rezan en las sinagogas las plegarias de las oraciones cotidianas de la mañana, tarde y anochecer siempre en hebreo. Por la documentación manejada deducimos que la oración de la noche no conservaba la obligatoriedad de la sinagoga, sino que se podía rezar en familia o en un ambiente más íntimo y personal.
- El 18 de marzo de 1488, la judía de Calatayud, Yohabet, mujer de Mosse el Bayo, explica ante la inquisición que juzga al bilbiltiano, Jacobo (Jayme) Alvarez, habitante de Calatayud, que le hoyó decir a su madre (llamada Ester) que el acusado “era judio propio e tenia su Çaddur(Sidur) que es hun libro donde dize la oracion los judios tres vezes en el dia, e fazian su tefila sus tres vezes al dia, e tefila quiere dezir una oracion que los judios dizen a manyana y tarde[1]” en la sinagoga.
- El 22 de julio de 1488, el judío de Calatayud, Yuçe el Bayo, afirma ante la inquisición que juzga al vecino de Calatayud, Jayme Ramón, que cuando fue a cobrar a su casa una tela que le vendió, tuvo que esperar un buen rato a que saliese el acusado de una habitación. Cuando le pidió explicaciones por la tardanza, Jayme Ramón “dixo que estava faziendo mi tefila (oracion) al Dio del cielo que es mejor que vos que assi fago cada amnyana antes que fago mis cosas, y cada tarde, que vos sabeys que la fe yo bien[2]”.
B.- La tefilá más concurrida de la sinagoga: la oración de la mañana. El oficio sinagogal que tenía más asistencia durante el día era la oración de la mañana (al amanecer), sobre todo la del lunes, jueves y sabbat. También era muy numerosa la del viernes al anochecer, cuando daba comienzo la fiesta semanal del shabat, como así lo atestigua el siguiente texto:
- El 19 de julio de 1488, el judío de Almonazir de la Sierra y habitante también en la de Calatayud, Mayr Bonabarius, dice ante la inquisición que juzga al bilbilitano, Alfonso de Santa Cruz, que le vio “en un balconciquo de su casa leer un libro en ebrayco y que “segúnt lo que leya et las palabras que rezava era el dicho libro la Biblia[3]”. Por regla general lo solía hacer “en los días de viernes (vísperas del sabbat), e que de manyana siempre lo vio rezar”.
C.- La tefilá más popular de los oficios cotidianos: el Shemá Israel (Escucha Israel). La oración más importante del oficio matinal de los judíos de Calatayud era la “varaçot de quirrat Sema, alias la tefila (oracion) de la manyana”, es decir, la plegaria del Shemá. Una parte de esta oración en ebrayco la conocemos por el siguiente testimonio:
- El 1 de septiembre de 1488, el judío bilbilitano, Mosse Alpastán, asegura ante la inquisición que juzga al bilbilitano, Jayme Ramón, que un día dijo en su presencia esta oración en ebrayco cuando se acostaba: “ay veçayam ram veniça gadol venora maspil gueym aveariz magahbia sesabiz admaron mori açirum pode hananti ozer dallum anue le anto Ysrael beet sussucan elass tehilla lael elion guoaban varuth hu vubocat Mosse bue Yzrael loqua anri fira veçunha rebaha vehamera cullam miqua moha vahelnu Adonay mithamoha medar vocedes nora tehillar oste ssele sua hadassa sibehum gehilim lesurha hal sessar hayam yahar cullam hodir vihumlim veanbru adanay juilot leolani vaoss venemal galen Adonay cenaot semoquedos Yzrael”. El testigo dice que “es una parte de una oracion que los judios hazen en la manyana que se llama “varaçot de quirrat sema” alias la tefila (oracion) de la manyana[4]”.
4.- EL IDIOMA DE LAS ORACIONES: EL EBRAYCO
A.- Los judíos de rezan siempre sus oraciones en ebrayco. Ningún judío de la Península Ibérica (aragoneses, castellanos y navarros) rezaba sus oraciones en las lenguas vernáculas de sus territorios (castellano, aragonés, catalán, leonés, gallego y vasco). Todos los judíos de la diáspora rezaban en ebrayco por varias razones:
1.- Para mantener y preservar la unidad e identidad de todas las comunidades dispersas. El objetivo era que todos pudieran participar en cualquier sinagoga del mundo entonces conocido.
2.- Alejarse del hebreo significaba alejarse de la Torá y de la tradición que garantizaba la identidad judía.
3.- La importancia del ebrayco -como idioma de las oraciones judías- no radica en el hecho de ser la lengua más hablada por los judíos aragoneses de la Edad Media, sino por ser la “lengua sagrada” de todos los judíos de la diáspora. La oración en hebreo no era únicamente un medio de comunicación, sino que poseía también una significación espiritual y de conexión con Yahvé y toda la comunidad judía.
- El 7 de marzo de 1488, el judío bilbilitano Mosse Constantín, testifica ante la inquisición que juzga al bilbilitano, Simón de Santa Clara, que diez años atrás, paseando por el mercado de la ciudad con otros judíos, el acusado se le acercaba muchas veces y le decía “tal fiesta viene agora y haveys de cantar tal oracion, nombrandola en ebrayco, assi como venia cantemos la, y que este deposante y el dicho Simon de Sancta Clara cantavan la dicha oracion en ebrayco a media voz y que esto por muchas fiestas de los judios y eran las oraciones las que los judios cantan en la sinoga[5]”.
- El 28 de marzo de 1488, la vecina de Calatayud, María Ximenez, mujer de Pedro Bayllo, afirman ante la inquisición que juzga al bilbilitano, Simón de Santa Clara, que vio al acusado “dizia oracion y que no sabe que oracion era sino que muchas vezes oya que dicho Simon de Sancta Clara el joven (su hijo) le dizia al dicho su padre, que para que dizia la oracion en ebrayco, et el dicho vijeo dizia que tan buena oracion dizia el como el dicho su fijo y como qualquiere[6]”.
- El 22 de julio de 1488, el vecino de Torrijo (de la Cañada), Benito Ferranz, atestigua ante la inquisición que juzga al bilbilitano, Pedro de Santa Clara (habitante de Torrijo), que “yndo a Soria (con el acusado) por las horas que le hoyo este testimonio rezar en ebrayco al dicho Pedro el Platero dos vezes, que oracion era este testimonio no sabe[7]”.
- El 9 de agosto de 1488, la vecina de Carenas, muger de Johan Yust, asegura ante la inquisición que juzga al bilbilitano, Jacobo Alvarez, que solía “dezir oracion, la qual assu pareçer era en ebrayco y este dize sabe por quanto entre las palabras que dezia este deposante oyo que dezia “Adonay” muchas vezes[8]”.
B.- Los conversos secretos no sólo rezan las oraciones en hebreo (como hemos visto), sino que también las traducen al romance. Aunque la costumbre era rezar las oraciones en ebrayco, la halajá (Ley judía) permite hacerlo también en cualquier idioma. Es por ello que, algunos conversos bilbilitanos (menos sujetos a la tradición judía) las rezaban en la lengua romance que se hablaba en la Calatayud del siglo XV: un aragonés bastante castellanizado.
- El 15 de marzo de 1488, la bilbilitana Johana, mujer de Johannes Egidii (Johan Gil), confirma ante la inquisición que juzga a su padre, Pedro de Santa Clara (alias el platero), que “le mostró una oracion en ebrayco: el que sta en la cubierta del alto (cielo) en la sombra de la bastada dormira dixo por el que es mi cobertura, mi fortaleza, mi Dios que me fio en el. E me esta para del lazo del danyados de pestilençia y tortura, con su pluma recubrira vaxo de tus alas, cobrira a ti adarga escudo su fortaleza y verdat, no havras pabor de la noche ni de saeta que buela de dia ni, pestiennçia que en tienebra anda, ni de ajadina de piqua en la fiesta caheran de tu lado mil millorias de ti a su diecha (diestra) no se llegarian ciertos con sus ojos mirar el pensamiento de los malos e veras que tu senior es mi fortaleza, en el alto pusiste tu morada, no se plegara a su mala ni langua e morada en tus tiendas, con sus angeles encomendaran a ti por grardarte todas sus carreras sobre palmas e llevaran que no estropiece tu pie. En piedra sobre leon, scoopio sollara, resollara, cadillo, ennebro el que en mi tuvieron fforçar los en favorecer, lo que conocio mi nombre llamar mea. Responder le sere con el en la tribulazion e sean pate y lo horare de llogamientos de dites lo sortare a mostrarle su solucion[9]”.
- El 1 de julio de 1488, el judío bilbilitano,
Brahem Alpastan, declara ante el tribunal de la inquisición que juzga al
bilbilitano, Pedro de Santa Clara (alias el platero), que le hoyó decir
(mientras iban de camino) “oraciones
judiegas en romanz, que eran aquellos setanta y dos versos y los dixo todos, y
geles hoyo dizir unas dos vezes, es asaber el un dia una vez et otro dia otra
vez, y dize que no sabe en que dia era. Et comiençan los versos, lo quales
tienen mucha devocion los jodios en esta manera “in Adonay empara (ampara) por
mi honor”, el fin dellos no le acuerda deste testimonio deposante que en do
dizen los jodios “Adonay” dizia el dicho Pedro el Platero[10]”
[1] AHPZ, Caja 12, Nº 7. Proceso inquisitorial contra Jacobo Alvarez,
pag. 179 vto
[2] AHPZ, Caja 7, Nº 7.
Proceso inquisitorial contra Yayme Ramon, pag. 27.
[3] AHPZ, Caja 12, Nº 7. Proceso inquisitorial contra Alonso de Sancta
Cruz, pag. 108 vto.
[4] AHPZ, Caja 7, Nº 7.
Proceso inquisitorial contra Yayme Ramon, pag. 32 vto. - 33.
[5] AHPZ, Caja 12, Nº 7. Proceso inquisitorial contra Simon de Sancta
Clara, pag. 69 vto.
[6] AHPZ, Caja 12, Nº 7. Proceso inquisitorial contra Simon de Sancta
Clara, pag. 57 vto.
[7] AHPZ, Caja 7, Nº 7.
Proceso inquisitorial contra Pedro de Sancta Clara, el Platero, pag. 10.
[8] AHPZ, Caja 12, Nº 7. Proceso inquisitorial contra Jacobo (Jayme)
Alvarez, pag. 177.
[9] AHPZ, Caja 7, Nº 7.
Proceso inquisitorial contra Pedro de Santa Clara, el Platero, pag. 6.
[10] AHPZ, Caja 7, Nº 7.
Proceso inquisitorial contra Pedro de Santa Clara, el Platero, pag. 8
vto.
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