RECETA JUDIA: ALBONDAQUILLAS TABAHERAS
Las albondiquillas tabaheras eran otro de
los platos típicos de los judíos de la Sefarad medieval. Las tabaheras se preparaban con la carne
cocida y picada de la cabeza de una res (buey,
ternera, carnero, cordero o cabrito) y alguno de sus órganos (estómago, bazo, páncreas y pulmones), lo
que hoy llamamos casquería de la res. No se mezclaba el corazón, el hígado, ni
los riñones, por ser órganos con alta concentración de sangre.
Una vez picada, se condimentaba con sal, ajo, especias y huevos cocidos.
Con la masa resultante se hacían unas bolas o albondaquillos que se introducían o embuchaban en la tripa
(intestino) de la res, de unos 4 ó 5 dedos de anchura (trozo llamado alnillo). Una vez metido el embutido con
la mano, se ataban los extremos de la bola con una cuerda. La rastra resultante
se cocía con el caldo de la cocción de las cabezas.
Por último, se dejaban secar durante
algún tiempo en una habitación fresca y con aire tranquilo, no demasiado frío. Se servían en la mesa fritas o asadas[1] con
alguna guarnición de hortalizas. Veamos algunas reseñas documentales de este
plato típico de los judíos de Calatayud:
- El 18 de enero de 1488, la vecina de Calatayud, María Díaz, declara ante la inquisición que juzga de judaizar a la bilbilitana, María López de Moros (difunta), que “muchas vegadas vio que la dicha su senyora guisava albondaquillos… otras vezes tomava los dichos albondaquillos y metia los dentro de unos alnillos de carnero y atados con filo echava los a cozer en el caldo[2]”.
- El 28 de junio de 1488, el fiscal de la
inquisición acusa a la bilbilitana, Catalina de Funes (acusada de
judaizar) de haber comido “otros
dias albondaquillas tabaheras[3]”.
- El 16 de septiembre de 1488, el fiscal de la inquisición acusa a una desconocida conversa bilbilitana (acusada de judaizar) de haber guisado “albondiquillas tabaheras[4]”.
Ingredientes:
- 2 cabezas peladas (sin piel) de ternera, carnero, cordero o cabrito.
- Los menudillos de la res elegida: el estómago, bazo, páncreas y pulmones.
- 4 huevos de gallina cocidos sin defectos y manchas.
- 1 poco de perejil (al gusto).
- 4 dientes de ajo pelados y picados.
- Media cebolla picada.
- 1 pizca buena de pimienta negra (al gusto).
- 1 cucharada pequeña de clavo.
- 1 pizca de flor y hojas de tomillo (al gusto).
- 5 hojas de laurel.
- 1 pizca de comino (optativo).
- 50 gramos de piñones (opcional).
- Sal (al gusto).
Preparación:
- Lavamos y limpiamos las tripas o menudillos con agua para quitar las
inmundicias. Si las compramos salazonadas, las ponemos a remojo durante 1
día para eliminar la sal y reblandecerlas.
- Mercamos las cabezas de la res elegida (ternera, carnero,
cordero o cabrito) y las
cortamos por la mitad.
- Eliminamos cualquier resto de grasa que haya en las cabezas.
- En una olla o cazuela las cocemos durante media hora.
- En otra olla o cazuela cocemos también el estómago, bazo, páncreas y pulmones durante media hora.
- Aprovechamos la cocción y ponemos también 4 huevos para cocerlos.
- A continuación, mezclamos o capolamos los huevos duros con toda la
carne que se pueda aprovechar de las cabezas, así como el resto de órganos
cocidos.
- En una taza preparamos una salsa de especias con la pimienta negra, el
clavo y el comino (optativo).
- En un plato grande y hondo mezclamos la carne de las cabezas, las
vísceras o casquería, la salsa de
especias preparada, los ajos picados, la media cebolla muy troceada, los
piñones, el perejil, el tomillo y una buena pizca de sal (al gusto). Amasamos un buen rato para que los ingredientes se mezclen con la
carne.
- Enroscamos un trozo largo de tripa o menudillo largo (intestino
delgado de la vaca, cordero u oveja) en la boca de un embudo
grande o mediano.
- Ponemos la mezcla de carnes en la boca del embudo y la empujamos hacia
abajo con la ayuda de un palo u objeto que tenga punta redonda. La tripa
se irá desenroscando conforme vaya entrando la mezcla. Con la mano
moldeamos el embutido, haciendo bolas o albondaquillas pequeñas y
compactas, cuyos extremos atamos con unas cuerdas.
- Las pondremos a cocer en una olla o cazuela, en el mismo caldo donde
inicialmente hemos cocido las cabezas, durante media hora a fuego medio.
Le añadiremos 5 hojas de laurel y sal al gusto.
- Después, las sacamos y pinchamos para sacar el aire para que se seque
mejor su interior. Las dejamos escurrir otros 30 minutos.
- Tras la cocción, las podemos cortar o dejarlas en la rastra. Se pueden comer recién hechas o dejarlas secar en un lugar aireado y fresco para su consumo posterior. Listas para comer.
Nota:
El embuchado se puede comer con alguna guarnición de
verduras acompañada de pan y vino. El caldo se puede guardar para hacer otros
guisos o cocidos.
[1] CANTERA MONTENEGRO, E., “La carne y el pescado
en el sistema alimenticio judío En la España medieval” en UNED, Espacio, Tiempo
y Forma,
Serie III, H- Medieval, t, 16, 2003, p. 35.
[2] AHPZ, Caja 12, Nº 7, Proceso inquisitorial contra
Simón de Santa Clara, p. 270.
[3] AHPZ, Caja 14, Nº 8, Proceso
inquisitorial contra Catalina de Funes, p. 9.
[4] AHPZ, Caja 12, Nº 9, Proceso inquisitorial contra Luis
de Heredia, p. 14. Esta acusación del fiscal no exactamente a Luis de Heredia,
sino que es a una mujer conversa, cuyo nombre desconocemos por ser un añadido
al proceso.
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