LAS REINAS DE JACA

 Por: Álvaro López Asensio

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La muy noble, muy leal y victoriosa ciudad de Jaca fue capital de Aragón desde que el rey Ramiro I, y después su hijo Sancho Ramírez, establecieran su corte y el poder político-administrativo del naciente reino. En esta ciudad se casaron y vivieron en familia, siendo sus consortes la
s “reinas de Jaca”.

A.- La familia de Ramiro I, primer rey de Aragón

El primer rey de Aragón, Ramiro I, vivió en Jaca con su esposa Ermesinda Gisberga, hija de Bernardo Roger, conde de Bigorra, señora de gran belleza según testimonio unánime de los cronistas de aquella época. En Jaca nacieron los cinco hijos de aquel matrimonio:

1.- Sancho Ramírez (sucesor de su padre),

2.- García (primer obispo de la diócesis jacetana),

3.- Teresa y Sancha, que fueron condesas de Provenza y Tolosa respectivamente por vía matrimonial. En estas alianzas podemos descubrir los orígenes de aquellos vínculos que habían de unir íntimamente a Aragón y el Sur de Francia, por medio de una alianza política, social, cultural y literaria.

4.- Algunas fuentes antiguas mencionan a una tercera hija, Urraca, que fue consagrada al servicio de dios, desde niña, en el famoso convento benedictino de Santa Cruz de las Sorones (Santa Cruz de la Serós) como se nombra en la documentación medieval, que, fundado en el siglo X, fue durante más de seis siglos un lugar donde se retiraban las viudas de la casa real aragonesa.

A esta niña-monja se le unieron después  sus dos hermanas mayores, Sancha (viuda en 1045 de Grillermo III de Tolosa, conocido como el Taillefer); y Teresa (viuda de Guillén Bertrán de Provenza). El testamento de Ramiro I instituía como heredera del reino a Teresa, en caso de fracasar la sucesión de Sancho Ramírez y de García.

En el monasterio de las benedictinas de Jaca (conocida popularmente como monasterio de las Benitas) se encuentra el conocido sepulcro de Doña Sancha, que fue trasladado del cenobio de Santa Cruz de la Serós. En su frontal están representadas las tres reales hermanas, una de ellas niña, vestida con un sencillo traje de su tiempo, cubierto por voluminoso manto bordado con piedras preciosas, y llevando el curioso tocado de la época en forma de mitra, consistente en una cofia con los bordes plegados, cubierta por otra, parecida al gorro frigio o catalán, cuya punta cae por encima en forma de gorro puntiagudo.

La reina Gisberga (esposa de Ramiro I) murió el 1 de diciembre de 1049. Algunos primitivos historiadores atribuyen una segunda esposa a su viudo rey, cuyo nombre fue Iñez, pero su existencia es seguramente un mito, porque no hay constancia documental directa, ni indirecta.

Ramiro sobrevivió a su esposa Gisberga durante michos años, muriendo como había vivido, con la espada en la mano, el 8 de mayo de 1063, sitiando Graus, famosa plaza fuerte de los musulmanes, y guerreando al mismo tiempo con sus parientes navarros y castellanos.

B.- La familia de Sancho Ramírez, segundo rey de Aragón

La segunda reina de Jaca y Aragón fue Isabel de Urgel que, en 1063, se casó con el rey Sancho Ramírez en primeras nupcias en el año 1063. El matrimonio sólo duró cinco años, pues el rey la repudió en 1068; y luego la pareja se divorció en 1070.

La reina Isabel le dio un heredero: Pedro (futuro Pedro I), que nació en el valle de Hecho (Jacetania) y tras la separación quedó bajo tutela de su padre. Se sabe muy poco de esta reina consorte, pues las fuentes documentales apenas las nombran. Pertenecía a la ilustre casa de Urgel, hija de Ermengol III de Urgel, que se distinguió batallando contra los musulmanes y perdió su vida en las guerras a favor de su yerno en Barbastro.

El joven viudo, Sancho Ramírez, se casó en segundas nupcias con Felicia de Roucy un año después, en 1071. Cuando su hijastro y heredero, Pedro I, subió al trono en 1094, ella se retiró a la ciudad de Barcelona, donde murió el 3 de mayo de 1123, siendo trasladado su cuerpo al Monasterio de San Juan de la Peña, donde reposan sus restos.

De la tercera reina de Jaca y Aragón se dice que la belleza y virtud de la joven reina, así como su nombre, fueron consideradas como feliz augurio para el reino y la casa real. La vida de casada de la reina, igual a la de su suegra la reina Gisberga y a las de muchas otras que las sucedieron, estuvo mezclada en las incesantes batallas en que su esposo tomó parte durante su reinado.

En escasos documentos aparece su firma junto a la de su esposo en documentos que acreditan donaciones reales a monasterios del Alto Aragón, lo que prueba que eran mujer religiosa y que a través de la Iglesia hacía acción social, actividad propia de las reinas. De este matrimonio nacieron tres hijos que nacieron y fueron educados en la Jacetania:

1.- Fernando (1070-1086), infante de Aragón. Murió a los 15 años sin llegar a reinar.

2.- Alfonso (futuro Alfonso I el Batallador, cuarto rey de Aragón que gobernó entre 1104-1134) 

3.- Ramiro (futuro Ramiro II el monje, quinto rey de Aragón, que gobernó entre 1134-1157).

4.- Estos dos últimos ocuparon el trono tras la muerte de su hermanastro y primogénito, Pedro I, en 1104.

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