LIBROS DE LOS JUDÍOS DE SEFARAD
Por: Álvaro López Asensio
Página web: www.alopezasen.com
Durante toda la Baja Edad Media, los
judíos aragoneses tenían gran aprecio por los libros, tal vez porque todos sabían
leer y escribir simultáneamente en hebreo y en la lengua romance que se hablaba
en Aragón. Este amor por los libros –generalmente escritos en pergamino- lo
adquirieron en época musulmana, de ahí la importancia que siempre tendrán a la
hora de plasmar conocimientos y trasmitirlos.
Antes de que se introdujera la imprenta en Aragón (último tercio del siglo XV), los libros eran muy caros y estaban al alcance de unos pocos. Las sinagogas y madrassas bilbilitanas contaban con importantes fondos bibliográficos (Biblias, Salterios, el Talmud, filosofía, ciencias del saber, etc.). El objetivo era que los fieles judíos pudieran rezar, meditar y disertar entre ellos.
La imprenta popularizó los libros y abarató sustancialmente su coste, facilitando así su adquisición. Unos de los impresores que contribuyeron a su difusión fue el judío de Híjar, Eliezer ber Alantansi, quien -a partir de 1487- publicó en papel varias obras en hebreo de gran belleza y calidad; como la Torá con varios haftarot (Selección de textos proféticos que se releían en el oficio del shabat) y meguilot (los cinco libros de la Tanaj o Biblia hebrea que se solían leer en las fiestas importantes hebreas: Rut, Cantar de los Cantares, Eclesiastés o Qohelet, Lamentaciones y Esther), volumen que actualmente se custodia en la Biblioteca Nacional de Madrid.
A través de los procesos de inquisición sabemos que, en Calatayud, los judíos solían tener en sus casas libros de temática religiosa para los momentos de oración, tanto personal como comunitaria, documentándose los siguientes:
· El Salterio o colección de salmos que se recitaban diariamente en los tres servicios litúrgicos diarios, en las oraciones sinagogales específicas del shabat, así como en ciertas conmemoraciones y fiestas judías.
· En la Tanak o Biblia hebrea “endo estava la historia de Josué y todos los
profetas pastrimeras, et el salterio y los reyes et en aquel decore et supe de
coraçon muchos salmos del salterio[1]”
· El “libro de profecias” contiene una recopilación de todas las obras proféticas, incluyendo los llamados históricos, profetas mayores y menores.
· El Talmud y la Misná son libros rabínicos que comentan la tradición oral de la Torá (libro sagrado del judaísmo que contiene los cinco primeros libros de la Bíblia).
· El libro Macelum (versión cristiana) o Akedaq (versión hebrea del sacrificio de Isaac) fue una de las obras de espiritualidad más leídas entre los judíos aragoneses.
LIBROS PARTICULARES EN EBRAYCO
Al parecer, estos libros estaban escritos en ebrayco sobre pergamino (en la mayoría de los casos) o papel (en ocasiones). El tamaño variaba según el contenido de cada libro, siendo habitual que, para los de rezos diarios, sean “como de quarto de pliego de pergamino” (tamaño cuartilla o medio folio). Las cubiertas eran de madera forrada en piel, al estilo de la época. Veamos algunos ejemplos:
- El 4 de agosto de 1499, la judía de Calatayud, Fermosa Lapapa, compareció como testigo ante el tribunal de la inquisición que juzgaba al converso, ara, alias el Platero, declarando que “oio esta depossante que uno llamado Pedro el platero de esta ciduat que morava cabe San Miguel, venia algunas veces entrel anno que no era quaresma, viniendo alli tomava de aquellos libros ebraycos y leya en ellos, lo que el leya o no, no lo sabe esta deposante[2]”.
- El 13 de marzo de 1488, el judío de Calatayud, Simuel Conexo (Lapapa), compareció también en el mismo proceso contra Pedro de Santa Clara, confesando que “tenia datas y receptas con Jaquo Lapapa, judio padre del presente testimonio deposant, el dicho Pedro de Sancta Clara solia yr mucho a casa del dicho Jaquo Lapapa, que sallava (sacaba) algun libro de oraciones judaycas como es el sacterio o algun otro libro de profecias, el dicho Pedro de Sancta Clara luego mostrando tener affeccion a la Ley de los judios continuamente leya en los dichos libros, aquesto sabe el presente testimonio por que assi lo vio como depossant[3]”.
- El 2 de septiembre de 1489, el judío de la villa de Ariza (Zaragoza), Brahem Citbon, compareció también en el mismo proceso, declarando que “e mas dixo que le vio una vibria (Biblia) en ebrayco en la qual rezaba sus oraciones y esto sabe este testigo por que lo vio y leya con el juntament[4]”.
- El 17 de marzo de 1488, el converso de Calatayud, Jayme Ramón (difunto), acusado de judaizar, comparece ante el Tribunal de la Inquisición diciendo: “…item que en el tiempo que maestre Torres vivia, maestre Coston y maestre Espital estavan aquí en Calatayut tenya hun livro ebrayco que me presto hun judio endo estava la fistoria de Josue y todos los profetas pastrimeras, et el salterio y los reyes et en aquel decore et supe de coraçon muchos salmos del salterio et los dixe y los digo con gloria patri et filio et spiritu y sancto et sicut erat in principio. Et con aquellos dichos maestros quendo ha manera de fazer algun himno, venian a mi a que les dixiesse algun vierso del salterio o alguna parte de las profecias o de los reyes que queria dizer o como se entendia lo que ellos dubdavan. Et el maestro mayor leyeendo en el estudio el salterio et otros estudeantes me demandavan muchos vocables muy esturos et con aquel livro les declara el signifficado del cocable. E asi mesmo en el dicho livro estava Daniel et el maestro mayor me demandava algunas cosas Daniel por informarse que dizia Daniel e yo dizia y de lo que y de sabia[5]”.
- El 3 de julio de 1488, el judío de Calatayud, Sento Xucram, comparece también en el proceso que juzga a Jayme Ramón, declarando “hun dia estando almoçando este testimonio en la dicha casa vio hun libro encima de huna mesa et hubriolo et vio que era la bibria escripta en ebrayco et era de pargamino et enia cubiertas de tavla et estando liendo este testimonio en la dicha biblia uno el dicho Jayme Ramon dixo le que leya (leía), este testimonio le dixo que leya (leía) en la biblia que si la queria vender et el dicho Jayme Remon dixo que no la venderia que no tenia otro escanso (descanso) sino leer en la Biblia[6]”
- El 14 de marzo de 1488, el judío de Calatayud, Simuel Adaroch, comparece en el mismo proceso contra Jayme Ramón, diciendo que “por quanto era conocido desde deposante lo llamo y entro en su casa y mostro el dicho Jayme Ramon medida biblia de paper en ebrayco escripto en la qual dixo el dicho Jayme Ramon que le aya cada dia y que rogo el dicho Jayme Ramon a este deposante que le prestase los cinquo libros de Moysen y que este deposane gele preso y que despues definido, e del acabo de ocho dias el dicho Jayme Ramon le volvio a este deposante el dicho libro[7]”.
- El 16 de junio de 1488, el propio Jayme Ramón reconoce ante el Fiscal de la Inquisición que lo interroga que “dixo seer verdat que este quonfesante ha tonido hun libro en ebrayco sin gloria patri em por que a hun que estava sin gloria patri este deposante quando rezava en el dicho libro ebrayco siempre rezaba gloria patri et filio[8]”.
- El 4 de julio de 1488, el judío de Calatayud, Salomon Arama, comparece en el mismo proceso contra Jayme Remón, confesando que “hablando con el dicho Jayme Ramon dixo al presente testimonio deposante que el tenia ciertos libros en ebrayco en los quales havia grandepte de la biblia y que le passava mucho porque no pudia leer en ellos como solia porque los tenia escondidos por causa del mal tiempo que andava y el presente deposante quando el dicho Jayme Ramon dixo del mal tiempo entendio y cree que lo dixo por la inquisicion, et contodo a hun que el dicho Jayme Ramon no leya en los dichos libros dize este deposante que dicho Jayme Ramon dizia algunos testos en ebrayco las quales al presente tengo no le acuerdo[9]”.
- El 15 de septiembre de 1500, el “cristianus novo”, Enrique Garcia, testifica en contra del converso, Johan Daça (acusado de judaizar), diciendo que “un dia de pascua de pan cencenyo asi entre doze y una horas passado medio dia poco mas o menos que su hermano agora llamado Felipe Garçia y la hora se llamava Çalema Benardut y eran judios fueron a casa de Jehuda Naçan judio desta ciudat… y que vio un libro en la mesa cerrado como unas horas como de quarto de pliego de pergamino[10]”.
Cuando
los Comisarios de la Expulsión de los judíos inventariaron los bienes que
estaban dentro de las casas de los judíos bilbilitanos, encontraron en la
vivienda del Salomón Ezi un total de veintinueve libros. En la casa de la judía
Cinha, viuda de Jaco Levi, localizaron tres libros[11].
La
biblioteca del judío bilbilitano, Mosse Constantín, fue la mejor y más
importante de la judería. Se contabilizan un total de ciento nueve volúmenes,
de los que siete son de temática religiosa; uno de cuentas (al ser judío franco
y exento del pago de impuestos tenía infinidad de propiedades y rentas que
administrar); cuarenta y uno de medicina (heredados de su padre, el eminente
médico Tradoz Constantin) y los restantes sesenta libros serían, en su mayoría,
de temática piadosa y bíblico-teológico-rabínica. Sabemos que fue expropiada
por los comisarios de la expulsión en 1492, dándosela a Johan Çapata D’Açor
para que la custodiara hasta nueva orden. Tres años después, el 17 de agosto de
1495, Lorenço Ram le pidió que devolviera la biblioteca[12].
[1] AHPZ, Caja 7, Nº 7, Proceso de
inquisición contra Jayme Ramón, p. 3.)
[2] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de inquisición contra
Pedro de Santa Clara, p. 7vto.”.
[3] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de inquisición contra Pedro de Santa
Clara, p. 8.
[4] AHPZ, Caja 7, Nº 7,
proceso de inquisición contra Pedro de Santa Clara, p. 11 vto.
[5] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de inquisición contra Jayme Ramón, p. 3.
[6] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de inquisición contra Jayme Ramón, p. 24 vto. .
[7] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de
inquisición contra Jayme Ramón, p. 28..
[8] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de Inquisición contra Jayme Ramón , p. 11 vto.
[9] AHPZ, Caja 7, Nº 7, proceso de inquisición contra Jayme Ramón, p. 22.
[10] AHPZ, Caja 19, Nº 3, proceso de Inquisición contra Johan Daça, p. 8 vto..
[11] LOPEZ ASENSIO, A.; “La judería de Calatayud”, p. 321.
[12] APNC, Pedro Díaz, 17 de Agosto de 1495.
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