ISAAC ARAMA: ULTIMO INTELECTUAL JUDÍO DE SEFARAD
Por: Álvaro López Asensio
Página web: www.alopezasen.com
Sinagoga de Calatayud: donde ejerció Isaac Arama
1.- BIOGRAFÍA Y OBRAS
Aunque no sabemos con certeza el lugar de nacimiento de Rabí (Yishaq) Açach ben Mosse Arama[1], su juventud transcurre en Zamora donde enseñó en su propia academia rabínica. Parece que su hermano, el también rabino zamorano Jaco ben Mosse ben Arama (autor de la obra “Perus ha-Tora le-Mosse ben Nahman”) tuvo también una academia, posiblemente la misma que rabí Açach[2].
Después vino a la Corona de Aragón, donde desempeñó su labor pastoral en las comunidades de Tarragona, Berga, Fraga y Zaragoza. Hacia 1480 fue llamado a ejercer de rabino en la sinagoga y “madrassa Mayor” de Calatayud. En la judería bilbilitana fue donde escribió sus principales obras bíblico-talmúdicas, así como sus sermones contra aquellos que alentaban la conversión de los judíos al cristianismo.
Rabí Açach Arama tuvo dos hijos: rabí Meir Arama, rabino de Zaragoza (como luego veremos) y Salomón Arama, que vivió con él en Calatayud. El 4 de julio de 1488, Salomón Arama compareció como testigo en el proceso que la inquisición bilbilitana instruyó contra el converso ya fallecido, Jayme Ramón (acusado de judaizar). En su confesión dijo “que havia dos anyos o mas estando este deposante en casa de Jayme Ramon, mercader habitant de la ciudat de Calatayut que esta preso por la inquisicion, hablando con el dicho Jayme Ramon dixo al presente testimonio deposante que el tenia ciertos libros en ebrayco en los quales havia grandepte de la biblia y que le pessava mucho por que no pudia leer en ellos como solia porque los tenia escondidos por causa del mal tiempo que andava y el presente deposante quando el dicho Jayme Ramon dixo del mal tiempo entendio y cree que lo dixo por la inquisicion, et con todo a hun que el dicho Jayme Ramon no leya en los dichos libros dize este deposante que dicho Jayme Ramon dizia algunos testos en ebrayco las quales al presente tengo no le acuerdo[3]”.
En 1492 salió con su familia y la expedición bilbilitana a Tortosa, en cuyo puerto embarcó hacia Nápoles, lugar donde murió en 1494. En esta ciudad coincidió con rabí Abraham Abrabanel a quien le enseñó su obra y pensamiento. Su hijo Meir Arama le acusó, más tarde, de plagiar a su padre. Rabí Açach Arama es autor de las siguientes obras literarias[4]:
· “Akedat Yizhaq” (El Sacrificio de Isaac) reúne una amplia colección de sermones entremezclando ideas filosóficas y comentarios alegóricos a la Torá. Por este trabajo literario se le ha llamado frecuentemente como el “Ba’al Akedat” (el cantor del “Akedat” o sacrificio). Este libro se imprimió por vez primera –a instancias de su hijo rabí Meir Arama- en Salónica (año 1522), edición escrita en cinco volúmenes y unas 2.500 páginas[5].
El libro “Akedat Yizhaq” es considerado, por muchos, como la clásica obra sobre homilías o sermones más importantes y que más ha influido en el mundo judío. Comenzando con un texto bíblico, rabí Arama construye su sermón a lo largo de las líneas de un dicho de la Haggadá, desarrollando después una disquisición filosófica popularmente contada y salpicada con interpretaciones específicamente rabínicas. Con esta estructura se conjuga lo filosófico con lo talmúdico.
· “Hazut Kashah” (Visión Onerosa) es la obra más temprana que escribió. En ella trata de polemizar sobre la relación entre filosofía y teología, entre razón y fe, siempre con clara tendencia hacia los métodos filosóficos averroístas. Se publicó por primera vez en 1552 (ed. Sabionetta).
En este libro, además de los ámbitos filosóficos y teológicos, describe perfectamente la vida interna de las comunidades y las diferentes presiones a las que estaban sometidos los judíos por parte de los poderes públicos cristianos, aspecto este muy interesante para conocer todo lo relacionado con la historia de los judíos en la Corona de Aragón previa a la expulsión.
Como ya sabemos, a los judíos del último tercio del siglo XV les obligaban a escuchar los sermones de los Padres Dominicos en las sinagogas. Su objetivo será replicar el contenido teológico de estos sermones e ir contra el dogma cristiano que pretenden imponer al pueblo elegido. Para ello, rabí Açach Arama utilizará como género literario una disertación oral entre él y un alumno cristiano[6].
· “Yad Absalón” (la Mano de Absalón) es un comentario exegético sobre el libro de los Proverbios, dedicado a la memoria de su yerno, Absalón, quien murió poco después de haberse casado con su hija. El libro fue publicado en Constantinopla, probablemente hacia 1565.
· “Bakkasah” (súplica) es un libro de poesía que no ha brillado por su belleza, pero la crítica le ha concedido cierto mérito.
· También escribió comentarios bíblico-exegéticos a la Torá, al Cantar de los Cantares y a los libros de Rut, Lamentaciones, Eclesiastés.
· Se dice que escribió un comentario a la Ética de Aristóteles[7](854), no conservado.
Los escritos de rabí Açach Arama han disfrutado de la estimación universal de todo el mundo judío, sirviendo de modelo para los posteriores pensadores judíos del siglo XVI, como Abravanel, Alshich y otros. Esto fue algo normal en la época, incluso el mismo Arama copió a menudo a Rabí Abraham Bibago, sin mencionarle[8].
Las obras de rabí Arama fueron también muy apreciadas por el mundo cristiano, pues en 1729, el profesor de la universidad de Hehustadt, M.A.J. Van Der Hardt, publicó una tesina académica bajo el título “Dissertetio Rabbinica de Usu Linguae in Akedat Ischak”, donde comenta y traduce al latín la sección 62 de esa obra[9].
Recientemente, en 1984, el judío Eliyahu Munk ha escrito –en dos volúmenes- el mayor y más completo comentario nunca hecho al “Akedat Yizhaq” de rabí Açach Arama. Este autor presenta una selección subjetiva y condensada de sus capítulos[10], el mejor método para acceder a su pensamiento teológico-rabínico y a sus comentarios de la Torá.
2.- SU ESTANCIA EN CALATAYUD: NOTICIAS DOCUMENTALES
Proveniente de Zaragoza, rabí Açach Arama vino a Calatayud hacia 1480. Esta circunstancia hizo que la documentación notarial diga de él: “Açach Arama habitant agora por Rab (rabino) en la ciudat de Calatayut[11]…”.
Pese a la docena de años que estuvo viviendo en la judería de Calatayud (hasta 1492), aparece muy bien documentado en el archivo de protocolos notariales. Veamos a continuación un resumen de estas referencias, así como el protagonismo que tuvo en dichas actuaciones:
· El 16 de agosto de 1482, rabí Açach Arama
aparece como testigo en la venta de 42 sueldos de un censal que el judío bilbilitano, Mosse Paçagon, tiene sobre el
Concejo de Torres (barrio de Calatayud), por precio de 630 sueldos[12]. Estos
42 sueldos pertenecen a un censal de
5.250 sueldos de propiedad, que en su día suscribieron dicho Concejo y su
padre, Brahem Paçagon, con el compromiso que anualmente le pagarían 630 sueldos
de pensión.
· El 3 de agosto de 1484, rabí Açach Arama aparece
como testigo cuando la judía bilbilitana, Reyna Chinillo (viuda de Salomón
Avayut), vende 83 sueldos de un censal
suyo a su hijo Vidal Avayut (judío médico de Calatayud), por precio de 3.000
sueldos[13]. Estos
83 sueldos pertenecen a un censal de
1243 sueldos de propiedad.
· El 28 de abril de 1490, el pelayre de Calatayud, Johan Olmas, pide un préstamo en forma de comanda a rabí Açach Arama por importe
de 50 sueldos, obligándose con sus bienes en caso de impago[14]. Sus
altos ingresos como funcionario de la aljama le permitió vivir con una
holgada posición económica y, por
consiguiente, prestar dinero a interés para incrementar su patrimonio.
· El 3 de agosto de 1491, vuelve a ser testigo
–junto a Jaquo Halaquo- cuando el judío bilbilitano, Simuel Paçagon, vende tres
censales a la también judía. Çeti
Çadoch, por precio de 595 sueldos y 8 dineros[15]. El
primero es de aquellos 296 sueldos censales que el Concejo de Aninyon le paga
todos los años el primero de febrero. El segundo es de los 66 sueldos y 8
dineros que el Concejo de Aninyon también le paga todos los años el primero de
febrero. El tercero y último es de los 250 sueldos que el Concejo de Torraba
(Ribota) le paga anualmente en el mes de febrero.
· El 12 de agosto de 1491, los judíos de Calatayud, rabí Açach Arama y Ceti Çadoch, actúan como procuradores de los también judíos, Jaquo Paçagon y Simuel Paçagon (poder dado en la villa castellana de Deça, el 5 de agosto de 1491). En su nombre revenden a Açach Paçagon (hijo de Brahem Paçagon) los 35 sueldos de un censal de 235 sueldos, por precio de 700 sueldos[16].
3.- RABI AÇACH ARAMA DENUNCIADO ANTE LOS “DAYYAMIN” DE CALATAYUD
La
profesora Encarnación Marín Padilla[17] da a
conocer un interesante documento sobre la denuncia que interpuso el judío
zaragozano, Noha Chinillo, contra el rabino bilbilitano rabí Açach Arama, ante
los jueces o dayyanim de Calatayud.
Al parecer, la acusación se fundamenta en que no había pagado la supuesta
encomienda de buscar una esposa a su hijo Meir Arama, rabino de Zaragoza.
Tras
haber elegido Noha Chinillo a la hija del judío cesaraugustano, Salomón
Atortox; aquel exigió a rabí Açach Arama el pago del encargo. Fue entonces
cuando surgieron los problemas entre ambos al negarse rabí Arama a abonarle lo
acordado, argumentando que lo hablado entre los ellos no fue precisamente eso,
ya que estaba penado con la muerte. Al romperse las relaciones, Noha decidió
entonces demandarle.
Dicho
documento no he podido reproducirlo íntegramente en el Apéndice Documental de
este libro porque el protocolo en cuestión ha desaparecido, no encontrándose en
estos momentos en el Archivo de Notarial de Calatayud[18].
Hubiera sido interesante haber estudiado el original para sacar mis propias
conclusiones al respecto. Al no poder hacerlo, me limitaré a reproducir lo que
Encarnación Marín publicó en su momento (en 1989), solo así podremos hacernos
una idea de lo sucedido.
El
miércoles, día 19 de octubre, ante maestre Salomón Alpastan, Yuçe Çadoch y
maestre Jehuda Avayut (estos dos últimos además en calidad de adelantados de la
aljama bilbilitana durante ese año), como dayyanim
o jueces de la aljama de Calatayud “assentados
en judicio en la azara de la sinoga mayor”, Noha Chinillo citó a rabí Açach
Arama y le reclamó el pago[19] “defazer el matrimonio de su fijo rabi Mayr,
en Çaragoça” con la hija de Salomón Atortox, encargo que él había efectuado
y que rabí Açach le “havia mandado pagar”.
Ante
los tres jueces, Rabí Açach Arama con “mucha
osadia se desyxo, desonrro e abilito” a Noha con muy feas y malas palabras
“que toquavan a cargo del anima e a
perder la persona”. Estas fueron del tenor siguiente: “mirat, senyores, que no me damanda paga de matrimonio de mi fijo sino
por despecho de una traycion era como fazer moneda falsa, que si la fuera
mereciera yo la muerte y el, por acometer demandarmela que fiesse la tal
traycion, merece la muerte”.
En esa
sesión del día 19 de octubre, Noha volvió a personarse ante Yuçe Çadoch y
maestre Jehuda Avayut en la sinagoga Mayor, acompañado del notario judío rabí
Juceff (Hazan). En presencia de éste, Noha requirió a los dos dayyanim que certificaran las palabras
que oyeron decir a rabí Açach Arama
contra él, especialmente, la supuesta acusación de “traycion”. Además les pidió que lo probaran “licitament”, bajo pena de sus personas y bienes.
Los dayyanim le contestaron que le
impondrían (a rabí Açach Arama) la pena que mereciese, pero “donde no lo provasse…estimava su injuria”
en 200 florines de oro de sanción para los cofres reales. Noha Chinillo pidió
entonces a los jueces que si rabí Açach Arama no probaba lo declarado, lo
encarcelasen hasta que no pagara dicha cantidad. Ante la negativa. Noha pidió
entonces a rabí Juçeff que le hiciera “acto
publico de aquella requesta y que ge la diesse en forma”, pero éste se negó
también a levantar acta, “salvo que dixo
que no queria fazer desplazer al aljama; e luego sinse dargela”,
marchándose a continuación a Daroca.
Como
nadie había levantado acta de los sucedido hasta ahora y el notario de la
aljama, rabí Juçeff Hazan, se había marchado de la ciudad, Noha Chinillo exigió
la presencia del fedatario cristiano Johan Remón para que certificase acta de
lo que acontecía.
El 21
de octubre compareció Noha ante el dayyan,
maestre Salomón Alpastán y ante el notario Johan Remón, a quien le contó todo
lo sucedido en los días anteriores, pidiéndole además “vos, Johan Remón, fazerme carta publica como en presencia de Juçe
Çadoch y maestre Salomon Alpastan e maestre Jehuda Avayut yo haviesse citado al
raff (rabi) por demandale las pagas de fazer el matrimonio de su fijo e por
demandargeles, el se haviesse desexido de palabras feas”. Maestre Salomon
Alpastán le contestó que deliberaría con el resto de los jueces (Yuçe Çadoch y
maestre Jehuda Avayut) para decidir qué hacer en este caso.
Acto
seguido, el notario y Noha Chinillo comparecieron ante maestre Jehuda Avayut,
leyéndole su requerimiento. El dayyan
le contestó que una vez corregida y signada (firmada) su comparecencia y “havido de su consejo”, tomaría la
decisión más justa y conveniente. En ambos casos Noha dijo “que se estava en su requesta de primero
fecha”. Luego, ante la negativa de los jueces de estimar su petición, Noha
pidió al notario Johan Remón que le hiciera de nuevo “carta pública testimonial” para poder llevarla y presentarla donde
estimara conveniente.
Ese
mismo día, Noha volvió a comparecer ante los tres dayyanim bilbilitanos. Esta vez, habló de la citación que le hizo a
rabí Açach Arama (el día 19) para que “le
huviesse ofrecido pagar en su casa del dicho raff, ante de yr a Çaragoça a
fazer bodas a su fijo” y de cómo al venir y pedirle lo acordado, el se
negó. Esa es la razón, dijo Noha, por la que le demandó ante los jueces.
Entonces
rabí Açach Arama contestó –esta vez no aludió a traición alguna- que él “de
aquello no le era tonido pagar nada”, a lo que Noha respondió: “senyores, mandarle atorgar e negar si mando
o ofrecio pagarme”. Como rabí Arama insistía en que nunca prometió que le
pagaría, dijo Noha: “senyores, haga
juramento”. Fue entonces –explicó Noha- cuando “sinse dizirle ni tomarle jura los judges e interrogarlo…(él),… que assi
se acostumbra y es de ley”, entonces rabí Açach Arama “echo las manos en un tich de tifillim que levava sinse los tefillim
dentro estar” y dijo: “por esta ley
que nunqua le prometi pagas de fazer el matrimonio de mi fijo”.
Molesto
Noha, manifestó que aquel juramento no le agradaba y que “le tomassen juramento” y él lo interrogaría. A continuación,
maestre Jehuda Avayut cogió la mano de Rabí Açach Arama y dijo: “¿vos jurays que no prometiesteys pagar?”,
pero antes de que respondiera rabí Açach, intervino maestre Salomon para hacer
constar que “de justica, se devian tornar
a assentar y tomarle el juramento ellos y el Noha Chinillo interrogarlo”.
Esta
interpretación originó fuertes discrepancias entre los dayyanim de la aljama, quienes dudaron sobre quién de ellos debía
tomar el juramento a rabí Açach Arama y quien debía interrogarlo. Yuçe Çadoch y
maestre Jehuda Avayut se “pronunciavan
contra voluntat” de maestre Salomon al mantener que “con juramento sumario lo davan por quito e por exento desta demanda del
dito Noha”. Ante tal situación, Noha Chinillo dijo que apelaría ante el Bayle de Calatayud, máximo responsable
político y judicial de la aljama, “porque
no y de huvo notario (judío) fizo sus testigos con ellos” en presencia de
los jueces; protestando además ante rabí Açach de cualquier daño o expensas que
le sobrevinieran. Finalmente requirió al notario cristiano para que hiciera
cara pública de lo sucedido, terminando aquí el acta notarial levantada por
Johan Remón.
Ignoramos como terminó la cuestión y si efectivamente Noha Chinillo recurrió ante el Bayle exigiendo el pago que reclamaba a rabi Açach Arama. Con el fin de que tengamos claro lo que sucedió, veamos a continuación un resumen del procedimiento judicial que se siguió:
· El proceso de demanda de pago se inició un
miércoles en la azara[20](869)
de la sinagoga Mayor y ante los dayyanim
de la aljama bilbilitana, sin que al parecer existiera petición previa de
celebración.
· Ante el tribunal compuesto por los tres dayyamim o jueces aljamiales, el
demandante Noha Chinillo citó al demandado, rabí Açach Arama, para pedirle que
le pagase el encargo que le hizo de buscar esposa en Zaragoza a su hijo Meir
Arama. Rabí Açach Arama le acusó entonces de “traycion”. En esta primera comparecencia no se presentaron pruebas,
ni huvo notario judío que levantase acta.
· Noha Chinillo, acompañado del notario de la
judería rabi Juçeff Hazan, pidió en la sinagoga Mayor a dos dayyanim que dijeran –ante dicho çoffer- las palabras que rabí Açach
Arama declaró y que, si no podían probarlas, le impusieran una pena de 200
florines y lo encarcelaran si no los pagaba. En el caso de que no lo hiciera,
él mismo procedería contra sus personas y bienes. Cuando pidió al notario judío que levantara
acta, este se negó, marchándose a Daroca.
· El demandante, Noha Chinillo, esta vez con un
notario cristiano, llamó por separado a los jueces para que contaran lo ocurrido en la vista judicial
del miércoles. El dayyan que
compareció en primer lugar (maestre Salomon Alpastan) respondió que hablaría
con los otros dos jueces (Yuçe Çadoch y maestre Jehuda Avayut) para tomar la
decisión más oportuna. Estos dos dayyanim dijeron que, con la copia del requerimiento
debidamente signada y corregida y “habido(s)
de su consejo” (fórmula jurídica empleada en respuesta a un requerimiento)
decidirían entonces lo más oportuno y
conveniente.
· No fue necesaria la unanimidad de los dayyanim para dar por zanjada la cuestión en la última comparecencia. Bastó con que dos de ellos (Yuçe Çadoch y maestre Jehuda Avayut) admitieran como prueba decisiva el juramento que hizo rabí Açach Arama ante la ley contenida en sus propios tefilim diciendo que “por esta ley que nunqua le prometi pagas de fazer el matrimonio de mi fijo”. Por ello pidieron sobreseer el auto judicial pese a que un tercero sostuviera que “de justicia” ellos (como jueces) debían “tomarle el juramento” y el demandante (Noha Chinillo) interrogarlo, zanjando así la cuestión. Tampoco hubo entonces notario judío para levantar acta, siendo Johan Remón quien la certificó a propuesta de Noha Chinillo, quien amenazó recurrir al Bayle la decisión de los dayyamin.
4.- EL RACIONALISMO EN LA OBRA DE RABÍ AÇACH ARAMA
Rabí
Açach Arama prestó especial atención al filósofo judío Maimónides,
posicionándose más cerca de la línea de Hasday Crescas que de su racionalismo
filosófico o averroísmo. Rabí Açach Arama considera que la verdad religiosa
está por encima de cualquier filosofía y que ésta tiene limitaciones evidentes,
ya que no conduce más allá del Dios de la naturaleza. En consecuencia, critica
a Maimónides y se niega a basar la fe en el camino del intelecto, como éste
propone. La filosofía no permite, en su opinión, llegar al misterio del fin
último ni de la felicidad suprema, representada en Dios.
Para saber lo que opina rabi Açach Arama de la filosofía racionalista, es necesario que conozcamos algún fragmento de los principales sermones contenidos en su obra “Akedat Yizhaq” y “Hazut Kashah”, textos recopilados por Baer[21]:
· Los racionalistas decían que el alma humana es “una forma temporal que deja de existir con
la pérdida de su portador” y que “las
ideas las creencias (son) propias de la
naturaleza humana y forzosamente necesarias”. Rabí Açach Arama considera
(capítulo VI de “Akedat Yizhaq”) que
estos argumentos no hacen sino “derramar
la hiel de la herejía por el mundo”, sembrando en el hombre dudas “de las cuales no se puede librar, pues (la
duda) está cerca de él y él la palpa en su fuero interno como palpa el ciego, y
teme investigar e indagar sobre ella en público con cualquiera que esté con él,
no sea que salga como una lengua de fuego y encuentre espinos cortado (que
arden fácilmente: Isa 33, 12) y se extienda considerablemente la erupción de la
duda y se convierta en la plaga de la desesperación y en la lepra de la herejía
y el ateísmo”. Tras analizar las diversas teorías de entonces sobre el
alma, llega a la conclusión de que el primer genero del alma, común a toda la
raza y naturaleza humana, tiene su origen con y en el cuerpo. Rabí Açach Arama
llega a la conclusión de que el alma es la “forma” del cuerpo orgánico, teoría
que intenta explicar desde el Talmud y la Cábala.
· Los racionalistas de aquella época comparan, a
menudo, las leyes de la Torá con la moral natural, llegando a preferir estas
últimas antes que a los principios tradicionales y bíblicos del judaísmo.
Decían que a ellos les bastaba con la ética de Aristóteles, de ahí que rabí Açach
Arama argumente sus explicaciones con pasajes tomados de la misma obra de
Aristóteles, sobre todo para demostrar que aquello que se tenía como una
novedad del filósofo griego se encontraba ya en la Torá de una forma más
perfecta.
· Los racionalistas sostienen “que lo único que importa son los buenos propósitos, todo lo demás es
cosa vana y accesoria”. Rabí Açach Arama no está de acuerdo con este
enunciado y recalca que “quien no se hace partícipe de las
disposiciones jurídicas de la Halaja (Ley judía que contiene la Torá, el Talmud
y la tradición), no se hace partícipe de la Torá”, afirmación que coincide
con el Talmud cuando dice “quien desee
ser piadoso, cumpla lo dicho en Neziquín” (Baba cama 30ª).
Así
comenta la interpretación que los racionalistas daban al versículo “¿acaso no llama la sabiduría y la
inteligencia emite su voz?” de (Prov 8, 1): “(según ellos) la sabiduría se refiere aquí a lo que sus seguidores y
discípulos llaman la sabiduría sin más. Hasta el punto de que si le preguntas a
alguien que no ha escuchado de ellos más que los prolegómenos “¿en qué te
ocupas tu, en la Biblia, en la Misma o en el talmud?”, te responderá “nada de
eso, yo estudio sabiduría”. Y todo esto produce la grosería y el orgullo de sus
hombres. Lo mismo ocurre con la inteligencia (tabaná) emite su voz. Pues ese (tebana)
es el nombre específico que ellos le dan a la filosofía política. Pues
continuamente los hombres de esta sabiduría se echaban para adelante e
instilaban palabras seductoras en los alumnos carentes de seso y en los
muchachos vacíos, “¿para qué tenéis que estudiar con Abbave y Raba las leyes de
la degollación ritual?”, “¡venid a estudiar sabiduría maravillosa con
Aristóteles, sus discípulos y los comentadores de sus libros”¡… ¡Exhalen su
alma quienes profieren insolencias contra nuestros sabios de bendita memoria y
aseguran que todo cuanto éstos comentaron en l “Seder Neziquín(878)” trata de cosas profanas y de las
necesidades de la vida temporal¡. Si fueran sabios, conprenderían esto (Dt 32,
29); ¡pongan la mano en la boca (Miq 7, 16) y den gracias a Adonay (Dios) por
su clemencia (Sal 107, 8)”.
· Los racionalistas explican la historia de Israel
fundamentándola en las leyes de la astrología. Rabí Açach se posiciona
radicalmente en contra, comentando al respecto: “hasta el punto de que se enorgullecían de hacer muchísimos cálculos
para relacionar los sucesos prodigiosos a cuya vista se maravillaron todos los
pueblos, tales como el éxodo de Egipto, la derrota del Faraón, la divina
entrega de la Torá , la conquista de Tierra Santa, el reino de Israel y la construcción
del Templo y su destrucción, todo, repito, lo relacionan con las constelaciones
celestiales y las leyes de sus conjunciones y sus posiciones, como se puede ver
en alguno de sus libros. (Los racionalistas) han sido par nosotros una traba pecaminosa
obstaculizadora de la redención en tanto que quienes les han escuchado y han
aceptado que todo depende del destino, y no de las buenas obras o de la Divina
Providencia, se ha cansado de practicar al arrepentimiento que acerca a la
redención y aún puesto sus ojos en los cielos espetando y confiando en los
astros, grandes y pequeños, porque de ellos, y no de otra cosa, esperaban la
Redención; y ello además de lo que consiguieron en cuanto a embrollar las ideas
y debilitar la fe en toda la Torá y los preceptos”.
· Los
racionalistas nacen del seno de la fe y la tradición judía, pero luego cambian
prestando su amor a la filosofía. Rabí Açach Arama critica esta actitud en su
obra “Hazut Kashah”, diciendo
textualmente: “Ciertamente Edom e Ismael (cristianos y musulmanes) se han mostrado más
justos que los pérfidos de Judá, pues siendo los últimos en recibir su religión
respectiva, eligieron para sí el camino de la fe y han observado la religión
sin sacrificar ni un ápice de ella ante la filosofía; y especialmente los cristianos,
que mantuvieron sus palabras y sus lecciones para anular totalmente los dichos
de los filósofos, a pesar de tener eminencias y campeones en filosofía; y he
aquí que nuestros sabios filósofos… nacidos en sus rodillas (de la fe)… y sin
haber tenido parte alguna en la filosofía abstracta… ¿Acaso no han cambiado el
método, aumentando en ellos el amor por ella (la filosofía)”.
· Los racionalistas explican los principios de la
religión con métodos filosóficos y a través de la razón humana, por eso
interpretan las Sagradas Escrituras alegóricamente. Aunque rabí Açach Arama
opina que los pasajes bíblicos hay que interpretarlos literalmente y a la luz
de la fe, sin embargo, aplica la alegoría en algunos textos del Talmud y los midrasim. Veamos lo que dice
al respecto: “ni el sentido literal de la
Torá ni lo que está implícito en ella es una Ley verdadera, sino que es más
bien una alegoría hecha para las masas que no conocían ni comprendían la verdad
de la filosofía, y que ciertamente todo lo que estuviera acorde con la
filosofía, ya en su sentido literal o a través de las interpretaciones próximas
o lejanas, sólo ello era la verdad en sí misma. Y esta opinión suya me resulta
ciertamente muy asombrosa, pues si fuera correcta, no se encontraría ningún
provecho en la Torá divina en conjunto y sería mejor para ella, para nosotros y
para todo Israel, que no existiera, y ello se interprete como se interprete,
tanto literalmente como a través de explicaciones”. A pesar de estas aseveraciones, en realidad,
rabí Açach Arama se debatió en sus obras entre los límites de la razón y de la
religión. Ataca la filosofía pero, a la vez, hace uso de ella para interpretar
determinados pasajes de las Escrituras[22].
· El racionalismo religioso se convirtió en un
factor histórico que busca demoler los fundamentos de la unidad religiosa y
nacional judía. Por ello, rabí Açach Arama cree que la Torá y no la filosofía
es la identidad del pueblo judío: “si no
fuera por esos doctores nuestros, autores del compromiso… y sus generosos
esfuerzos… por convertir las palabras de Adonai (Dios) vivo en construciones
filosóficas… hasta el punto de que toda la Torá se ha quedado en un escalón
pequeño e imperfecto de la filosofía y nosotros, en cuanto a la fe, hemos
pasado a ser motivo de sátira para todos los pueblos y todas las lenguas, pues
ellos se han quedado mucho más adheridos a la Torá divina y an creído en la
creación del mundo… En cambio, nosotros, por nuestros pecados, hemos sido robados
y despojados de ella, pues estos hombres han salido delante de nosotros camino
de Satán, desterrando la fe de nuestra tierra y de nuestras fronteras,
arrancando y desarraigando de nuestros hombres su tronco… Y ¿cómo podemos
esperar ser liberados de entre los gentiles cuando día a día estamos más lejos
(de lo divino) y ellos más cerca?, ¿si no fuera por las muchísimas mercedes de
Adonai, que no se han agotado y en las cuales confiamos así como en el pueblo
pobre y débil (es decir, el pueblo llano), que confia en lo aprendido en la
escuela, que no ha pecado yendo tras la grandeza y lo que es demasiado elevado
para el¡; como dijo el profeta: “y a este es el que yo miro: al humilde y
abatido de espíritu y a aquel que tiembla ante mi palabra” (Is 66, 2)”.
· Los racionalistas no creían en absoluto en la
Torá, pero no les parecía oportuno seguir las huellas de los conversos, dado
que si la tradición judía contradecía la religión del intelecto (racionalismo),
mucho más lo hacía el dogma cristiano. Mientras ellos fueran aparentemente
judíos, podrían mantener las opiniones racionalistas sin que nadie les molestara,
cosa que no ocurriría si recibían el bautismo.
No obstante, rabí Açach Arama puso de relieve el lado social del asunto cuando señaló que los racionalistas judíos no eran diferentes de los racionalistas conversos, llegando a decir textualmente: “y esos hombres (los racionalistas judíos) iban tras ellos (tras los cristianos) pensando también ellos, igual que quienes se habían salido de la Torá (los conversos) que ésta ya había perdido su sabor y su olor y no volvería a recuperar su vigor. Por eso no la interpretaban de acuerdo con la Halajá (Ley judía). Y Adonai (Dios) me perdone si pienso que ellos querían negarlo todo, lo que ocurre es que consideraban que si la Torá no era la verdad, cuanto menos lo que estaba fuera de ella. Además, que los demás pueblos no les tolerarían su abandono religioso ni su país les permitiría sostener sus opiniones y son dichos “nada quedaría de ellos, ni de su multitud, ni de su ruido, ni habría eminencia entre ellos” (Ez 7, 11)”.
5.- EL COMPORTAMIENTO RELIGIOSO
· Tras una vida dedicada a escribir sermones y
comentarios de las Sagradas Escrituras y del Talmud, en su época de madurez
(coincidiendo con su estancia en Calatayud) se interesó mucho por la Cábala,
como así nos lo revela el Zohar[23].
Él creía que esta obra mística la escribió Simón ben Yohai. A rabí Açach Arama no le interesó tanto el
lado místico de la Cábala, como su aspecto filosófico.
· Frente a una sociedad medieval que asumía la
violencia y la guerra como objetivo para conseguir la paz, Açach Arama sostiene
que la Torá ordena proclamar la paz y requiere “Súplicas y plegarias ofrecidas de la manera más conciliatoria posible,
a fin de cambiar sus corazones… pues ello deriva necesariamente de la sabiduría
humana de la paz, y el Señor consentirá… Pues si hallamos que él ordenó “no
destruirás su arbolado –el que se encuentra en la ciudad del enemigo- metiendo
en él el hacha” (Dt 20, 19), con más razón deberíamos cuidarnos de no dañar y destruir
a los seres humanos[24]”.
· Rabí Açach Arama analizó y criticó los principios
de la fe redactados por Maimóides, Crescas y Jossef Albo, estableciendo seis
principios religiosos básicos. Estos no pertenecen a la religión propiamente
dicha, ni a la filosofía; sino solamente a la religión de Israel: la creación,
la divina omnipotencia, la profecía, la providencia, la
penitencia-arrepentimiento y la inmortalidad del alma[25]. La
existencia de Yahvé, su unidad y su incorporeidad no son principios básicos,
sino contenidos de la Ley, la cual dimana del tercer principio: la profecía[26].
· Combatió y criticó firmemente -en sus escritos y
sermones- la adoración al dinero, quien no dudo en amonestar a quien practicara
esta forma de idolatría. Llegó a decir “no
hagaís para vosotros mismos dioses de plata y dioses de oro[27]”.
· Algunas comunidades judías toleraban la
prostitución como una fuerza disuasoria contra el adulterio. Rabí Açach Arama
condenó firmemente esta costumbre, argumentando que la comunidad no puede
tolerar un pecado menor y que, todo aquel que acepte e incurra en esta
práctica, “no tiene parte en la divina
Torá[28]”.
· En su obra “Akedat Yizhaq”, rabí Açach Arama cree injusto que los hahamin o sabios (mencionados en el tratado del Talmud: Pirkei Avot) digan que “todo Israel tiene parte en el mundo venidero”. Es imposible que tanto justos como malvados, sin excepción, tengan parte en el mundo venidero, ya que todos seríamos iguales y eso es algo imposible. También está en contra de los opinan que son justos por pertenecer y llamarse “Israel”. Frente a la opinión de estos sabios, rabí Açach Arama afirma que, por el hecho de ser judío y pertenecer al pueblo de Israel, uno no es justo o tzadik, sino aquel que se conduce según la Torá y sus preceptos[29].
6.- EL COMPORTAMIENTO MORAL
· Hasta la Edad Media, el mundo judío creía que Moisés exhortó al pueblo judío a cumplir las doce mitzvot o preceptos de las tablas de piedra y conducir sus vidas de acuerdo a los dictámenes de la Torá. Todo ello, en virtud de la Berit o Alianza que suscribe Yahvé y el pueblo de Israel en el Sinaí. Este Pacto no sólo compromete a los allí presentes, sino incluso a las generaciones judías venideras.
Algunos talmudistas como rabí Açach Arama opina todo lo contrario. Argumenta Arama que este pacto no puede tener vigencia legal, porque en la tradición judía los hijos no pagan la culpa de los padres, ni los padres la culpa de los hijos. Cada uno debe asumir la responsabilidad por sus propias acciones y, por consiguiente, una generación no debe comprometer a otra generación futura.
El
compromiso de cumplirlas no debe regirse por el Pacto de la Alianza, sino por
el amor que Yahvé tiene a su pueblo. Así como una persona no puede negar su
propia identidad, de la misma manera es inconcebible que el pueblo judío se
separe del amor de Yahvé y sus de mitzvot.
Por tanto, la relación del pueblo con Yahvé forma parte del código genético de
este pueblo; asumir que las generaciones futuras también están obligadas por la
misma Berit es una manera alterna de
describir la naturaleza intrínseca del judío.
· Rabí Açach Arama justifica la prohibición de
comer ciertos alimentos (considerados no Casher) por razones espirituales. En su obra “Akedat
Yizhaq” escribió: “guárdenos Adonai
(Dios) de imaginarnos que los mandamientos relativos a los alimentos dependen
de razones higiénicas. En caso de ser esto verdad, la Torá no sería más que un pequeño
tratado de medicina en vez de ser la obra de Adonai viviente. Más aún, los
efectos nocivos de dichos alimentos pueden ser contrarrestados de diversas
maneras con condimentos y con preparados, tal como se anula el efecto de los
venenos con los cuales se hacen todos los remedios. La prohibición perdería su
razón de ser y las palabras de la Torá perderían su eterno valor. Además, hemos
notado que los pueblos en el medio de los que vivimos, que no guardan estas
leyes y que comen carne porcina y todos los demás animales y peces impuros, son
sanos y gozan de buena salud. No hay entre ellos, por tal motivo, gente débil.
La razón es diferente. Los mandamientos alimenticios están motivados por
razones de índole espiritual, a fin de guardar el alma sana y pura y
preservarla de contaminaciones y de mancharse con pasiones impuras…”.
· Con respecto al mitzvot judío de la circuncisión, rabí Açach Arama explica en su
obra “Akedat Yizhaq” (pórtico 18) que
es necesario cumplirla porque es una orden divina[30]: “la sexta ventaja que proporciona este
precepto es su cumplimiento. Además de todos los beneficios que mencionamos,
hay otro más: el que es cumplido como mandato divino lo mismo que las demás
mitzvot que nos ordenó; que no es ejecutada en pos de algún interés humano que
el hombre procura según su entendimiento o elección, y a pesar que el
cumplimiento de este precepto proporcionan los beneficios mencionados, no por
ellos debe el hombre estar dispuesto a cumplirlo, sino porque es una orden
divina, con respecto a lo cual leemos en (Bereshit, 17, 1): “anda delante de
mi, y sé prefecto” y también dijo rabí Meir, tratado (Nedarim 31b): “grande es
la importancia del precepto de la circuncisión, pues gracias a él creó el
Santo, alabado sea, el mundo, según leemos (Yirmeya 33, 25): “si no ha de
subsistir mi pacto, con el día y con la noche, y si yo he establecido las leyes
de los cielos y de la tierra”, pues presupone el cumplimiento de todas las
demás mitzvot a cuyo efecto fueron creados el cielo y la tierra”.
[1] El nombre de Arama fue
mencionado en una correspondencia entre un rabino del pueblo de Aghama, cerca
de Marrakesh (Marruecos) y rabinos dirigentes en Babilonia. El nombre es -según
todas las probabilidades- una indicación del origen, refiriéndose a un lugar,
es decir, del pueblo de sacerdotes Aghama, de la ciudad de Arama en la
provincia de Guipúzcoa, o también una persona de Aram –ciudad de la antigua Babilonia
y patria de nuestro padre Abraham-. La palabra Arami se refiere a una persona
de origen arameo en el lenguaje hebreo. La palabra arema significa pilote en
hebreo y en árabe norteafricano. La
palabra rama significa “nivel, altura o monte” en hebreo.
[2] GARCIA CASAR, Mª.
F.; “El
pasado judío de Zamora”, pag. 88.
[3] AHPZ, Procesos
Inquisición, caja 7, Nº 7, pag. 22–22 vto.
Proceso contra Jacobi Raymunod (Jayme Ramón), difunto, habitante de
Calatayud.
[4] “The Jewish Encyclopedia.com”,
vocablo; Yizhaq Arama.
[5] MUND, E.; “Aqaydat
Yitzchaq, commentary of rabbi Yitzchaq Arama on the Torah”, I volumen, pag.
2.
[6] SALOMON, Norman, “El judaísmo y la ética de la guerra”,
pag 5.
[7] SAEZ-BADILLOS, A.:
TARGARONA BORRAS, J.; Op. Cit. “Diccionario de autores judíos”, pag.
149.
[8] “The Jewish Encyclopedia.com”, vocablo;
Yizhaq Arama.
[9] “The Jewish Encyclopedia.com”,
vocablo; Yizhaq Arama.
[10] MUNK, E.; “Aqaydat
Yitzchaq, commentary of rabbi Yitzchaq Arama on the Torah”, II volúmenes.
[11] APNC, tomo 87, Forcén
López, 1491, pag. 210.
[12] APNC, tomo 58, 1482, Leonart de Sancta Fe, pag. 70vto.
[13] APNC, tomo 188, Johan
Remón, 1484, pag. 288 vto.
[14] APNC, tomo 241, Alonso
Daça, 1490-92, pag. 32.
[15] APNC, tomo 87, Forcén
López, 1491, pag. 197.
[16] APNC, tomo 87, 1491, Forcén López, pag. 210.
[17] MARIN PADILLA, E.; “En
torno a una demanda de pago a Rabí Açach Arama ante los Dayyanim de Calatayud
(siglo XV)”, pag. 121-148.
[18] APNC,
Johan Remón, 1485, fol. 316-318 vto. Este protocolo no se encuentra en estos
momentos en el Archivo de Protocolos Notariales de Calatayud. Parece que en
1489, cuando fue escrito y publicado el anterior trabajo de Encarnación Marín
Padilla si que estaba en las estanterías de dicho archivo para su consulta.
Espero que algún día aparezca para su completo análisis literario e histórico.
[19] No parece consignada
cual fue la cantidad que Noha Chinillo reclamaba a rabí Açach por el matrimonio
concertado.
[20] La palabra hebrea azara significa patio. El tribunal de jueces de Calatayud tenía como sede el atrio
de la sinagoga Mayor, es decir, el patio que estaba justo después de cruzar la
puerta de hombres, y antes de entrar a la sala o nave de oración de dicha
sinagoga.
[21] BAER, Y.; Op.
Cit. “Historia de los judíos en la España Cristiana”, tomo II pag. 511
ss..
[22] LOMBA FUENTES, J.; Op.
Cit. “La filosofía judía en Zaragoza”, pag. 282-283.
[23] “The Jewish Encyclopedia.com”,
vocablo; Yizhaq Arama.
[24] “Grandes líderes de Nuestro Pueblo”: Rabbi Yitzchak Arama. (www.ou.org/about/judaism/rabbis).
[25] KATZ, Ethel, “El ideal del estudio de la Torá y la mujer
judía en el período medieval”, pag. 5.
[26] LOMBA FUENTES, J.; Op.
Cit. “La filosofía judía en Zaragoza”, pag. 282.
[27] “Grandes líderes de Nuestro Pueblo”: Rabbi Yitzchak Arama. (www.ou.org/about/judaism/rabbis).
[28] “Grandes líderes de Nuestro Pueblo”: Rabbi Yitzchak Arama. (www.ou.org/about/judaism/rabbis).
[29] BLICKSTEIN, Iona
(rabí); “La Torá en familia”, pag 5.
[30] LEIBWIT, N.; “Y en
el día octavo será circuncidado”, pag. 1.
Comentarios
Publicar un comentario