RELATOS
SOBRE LA TUMBA DE JESÚS
Página web: www-alopezasen.com
Junto
a los relatos de las apariciones del resucitado encontramos en los evangelios
ciertos relatos que nos hablan de episodios acaecidos junto a la tumba de
Jesús. Tradiciones que se interesan de la tumba del resucitado, es decir, del
último lugar, testigo de la existencia terrestre de Cristo. Veamos no la
historicidad de estos acontecimientos sino la naturaleza y la historia de estas
tradiciones.
1.- LA VISITA DE LAS MUJERES A LA TUMBA
· - Marcos
16, 1-8
· - Mateo
28, 1-8
· - Lucas
24, 1-8
· - Juan
20, 1. 11-18
B.- Las mujeres. Sólo María Magdalena aparece en todos los relatos. El número y los nombres de las mujeres varían. Según evoluciona la tradición, se multiplica el número de testigos. La función es establecer un lazo entre los testigos de la muerte y de la sepultura de Jesús con la visita a la tumba.
C.- La intención de las mujeres. Aparece en los relatos dos orientaciones: 1) van a ungir el cuerpo de Jesús (Marcos y Lucas), 2) van a visitar la tumba y lamentarse (Mateo y Juan). El proyecto de embalsamar el cuerpo de Jesús está en contradicción con los datos evangélicos de la unción hecha por José de Arimatea y parece una tradición posterior a la que presenta a las mujeres con la intención de ir a ver la tumba de Jesús (mateo) y lamentarse sobre Jesús (Juan). En cualquier caso, la intención es presentar a las mujeres orientadas hacia el pasado, hacia un cadáver, en contraste con lo que se va a producir a continuación.
D.- La piedra. En todos los relatos se le da una gran importancia a la piedra. Podemos distinguir una doble función: 1) Apologética: la retirada de la piedra es importante porque permite entrar en el interior y constatar la ausencia del cadáver, facilitando así la fe en la resurrección; 2) Epifánica: la piedra impide que el muerto pueda salir y remontarse del Sheol (lugar de los muertos). Su rodamiento indica la victoria sobre el Sheol y la muerte.
En el relato de Mateo, el Ángel del Señor hace rodar la piedra (Mt 28, 2) y se sienta sobre ella, indicando así con más claridad la actuación de Dios que vence la muerte, pues ya el Sheol queda abierto sin poder retener al muerto Jesús.
E.- El Ángel. Interviene un personaje celeste que es descrito de maneras diversas: un joven (Marcos); el Ángel del Señor (Mateo); dos varones (Lucas); dos ángeles (Juan). Tienen un carácter celeste, pues se indica en todos los relatos que van de blanco. La función de estos personajes es destacar el carácter celeste del acontecimiento realizado por Dios en Jesús de Nazareth.
F.- El mensaje angélico. El mensaje de este personaje presenta la resurrección como un acontecimiento revelado por Dios y no como producto de la reflexión de los discípulos sobre los acontecimientos que han sucedido después de la muerte de Jesús. El mensaje aparece pronunciado en términos que recuerdan la predicación del “Kerygma” (primer anuncio) de la Iglesia primitiva.
La resurrección es anunciada como una victoria sobre la muerte pero la relación entre resurrección y la tumba vacía aparece de diversas maneras:
·- Marcos:
Primeramente se hace el anuncio de la resurrección y solamente después se
constata la ausencia de su cadáver (Mc 16, 6).
·- Mateo:
Primeramente se constata la ausencia de su cadáver y después solamente su
resurrección (Mt 28, 6).
·- Lucas: La ausencia del cadáver no es algo que les anuncia el ángel sino una constatación natural hecha por las mujeres al llegar al sepulcro y que las deja en la perplejidad. Los dos varones les sacan de su desconcierto anunciándoles la resurrección (Lc 24, 3-6).
Estos relatos constatan que la ausencia del cadáver se va convirtiendo paulatinamente en una declaración tangible que podría confirmar el hecho de la resurrección. En las palabras del ángel se le da mucha importancia al lugar de la tumba: “ved el lugar donde le pusieron” (Mt, 28, 6).
G.- La reacción
de las mujeres.
Los relatos terminan con la huída o retirada de las mujeres. Es un detalle que
pertenece al género literario de las apariciones.
2.- LA VISITA DE LOS DISCÍPULOS A LA TUMBA
· - Lucas 24, 12 y 24
· - Juan 20, 3-8
A.- Estos pasajes nos descubren la existencia de otra tradición que hablaba de la visita de los discípulos a la tumba. Aparecen aquí elementos nuevos en relación a la tradición de la visita de las mujeres: 1) No se habla ya de la piedra retirada; 2) No hay mensaje angélico; 3) Descubren en la tumba las vendas y el sudario que envolvían el cadáver.
Aquí estamos ante una tradición secundaria con relación a la de las mujeres: 1) siempre aparece mencionada más tarde; 2) aparece ligada a la anterior.
Se puede observar, por otra parte, una tendencia apologética clara: 1) Ante la debilidad del testimonio de las mujeres se quiere reforzarlo con el testimonio de los Apóstoles: 2) La presencia de las vendas y del sudario, incluso plegado en un lugar aparte (Jn 20, 7) indican que el cadáver no ha podido ser raptado por los ladrones.
3.- LOS GUARDIAS EN LA TUMBA
En Mateo descubrimos otra tradición también secundaria y apologética sobre la presencia de la guardia romana en la tumba. Podemos distinguir:
A.- La puesta de los guardias en el sepulcro (Mt 27, 62-66). Observamos una serie de elementos extraños que aparecen también en el testimonio de Pedro: la iniciativa de los Sumos Sacerdotes y fariseos, se evoca la predicación ulterior de los discípulos, se justifica la guardia por un posible robo, se sella el sepulcro.
B.- El acontecimiento teofánico ante los guardias (Mt 28, 2-4). Estos versículos no parecen ser una ampliación o reelaboración a partir de Marcos, sino una tradición diferente. Mateo, a diferencia del testimonio de Pedro, que describe la resurrección, no la hace perceptible en sus efectos ante los guardias. El ángel del Señor hace rodar la piedra, se sienta encima de ella vencedor y atemoriza a los guardias. El relato tiene una función teológica pues presenta a Dios como vencedor de la muerte y, ante la victoria de la vida, los soldados quedan como muertos.
C.- La información
de los guardias (Mt 28, 11-15). Estos versículos tienen un claro
carácter apologético (de defensa) pues se nos habla del soborno ingenuo a los
soldados y de la leyenda del robo que continúa circulando.
4.- CONCLUSIÓN
1.- La tradición relativa a la tumba de Jesús ha sido religada a la aparición del resucitado y de esta manera una tradición considerada marginal ha sido mejor situada en el interior de la tradición general. Así en Mateo las mujeres que huyen del sepulcro se encuentran con el resucitado (Mt 28, 9-10). En Juan, el mismo resucitado se le aparece a María Magdalena.
2.- Dentro de las tradiciones que hablan de la tumba de Jesús, se puede constatar con claridad que la tradición sobre la visita de las mujeres es la más primitiva, mientras que las de los discípulos, que sólo aparecen en Lucas y Juan, y la de los guardias que sólo aparece en Mateo son posteriores y secundarias.
3.- Las tradiciones sobre la tumba más primitivas no tienen un carácter historiográfico, sino teológico. No nos hablan simplemente del descubrimiento de una tumba vacía sino de la victoria de Dios sobre el Sheol (lugar de los muertos).
4.- Acostumbrados a leer en Mateo, Lucas y Juan la tradición referente a la tumba vacía y a las apariciones del resucitado, solemos llegar a la conclusión de que la fe en la resurrección tiene un doble fundamento: la tumba vacía y las apariciones. Sin embargo, en la tradición evangélica, sólo los encuentros con el resucitado aparecen decisivos para el origen de la fe en la comunidad. La tradición de la tumba vacía es marginal, secundaria y solamente se ha reforzado con las tradiciones referentes a las apariciones.
5.- La tumba vacía no tiene valor de signo sino iluminada por el testimonio del resucitado que se deja ver a sus discípulos. Por sí solo el acontecimiento de la tumba vacía no tiene valor. El cristiano no cree en la tumba vacía sino en Cristo resucitado. La tumba vacía es un hecho que no solamente puede ser interpretado de maneras diferentes, sino que lo ha sido de hecho.
6.- Por consiguiente, comprendemos que en la comunidad cristiana no se han preocupado de la tumba vacía:
·- En
las primitivas confesiones de fe y en la predicación apostólica no se preocupan
de este dato.
·- Pablo
de Tarso, para hablar de la resurrección de Jesús, no ha argumentado a partir
de este dato del descubrimiento de la tumba vacía. Este recuerdo, si lo conoce,
no le parece relevante ni útil para asegurar la fe de la resurrección de Jesús.
Comentarios
Publicar un comentario