LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS

 Por: Álvaro López Asensio

Página web: www.alopezasen.com

 


 1.- LA FIESTA DE LA EPIFANÍA 

La festividad de los Reyes Magos, conocida como Epifanía (“manifestación” en griego), comenzó a celebrarse para demostrar que Dios ha existido desde la eternidad y se ha manifestado a las personas en múltiples ocasiones: 

A.- Eligió al Pueblo de Israel para comunicarse con él, el Pueblo elegido.

B.- Se manifestó a Abraham y a los Patriarcas, así como a Moisés para liberar a Israel de la esclavitud de Egipto. También a los Jueces, reyes y profetas, quienes expresaron los mensajes y experiencias que tenían de Él.

C.- Por último, se manifestó haciéndose hombre, como uno de nosotros, a través de Jesús de Nazareth. Su nacimiento, personalidad, sus palabras, hechos y dichos de amor y perdón son la definitiva manifestación de Dios. Desde entonces, Dios no ha hablado más al ser humano, porque todo lo que tenía que decir (su mensaje de amor y perdón), ya lo ha dicho a través de Jesús, su hijo.

La Epifanía es la shekináh de Dios, es decir, la presencia de Dios en medio de las personas (creyentes e incrédulos). En su nacimiento, los pastores (los pobres y humildes) y los reyes magos (los pueblos paganos fuera de la órbita del judaísmo) reconocieron al Niño Jesús como hijo de Dios y salvador. A mucha gente le cuesta reconocerle en la Navidad, no dejan que nazca en el pesebre de sus corazones. Los Reyes Magos reconocieron a Jesús como verdadero Hijo de Dios. Ojalá que nosotros también.


2.- LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS

El episodio de la Epifanía narra cómo unos Magos de Oriente (Melchor, Gaspar y Baltasar) se ponen en camino desde tierras lejanas para encontrar al rey de los judíos cuyo nacimiento les había sido revelado por una estrella. En el lugar que la estrella se detuvo, encontraron al Niño y le adoraron ofreciéndole sus dones: oro, incienso y mirra. Esta escena ocurre en una gruta, uniéndose a la escena de la Natividad (Mt 2, 1ss.). 

Epifanía quiere decir "manifestación, iluminación”. Celebramos la manifestación de Dios a todas las personas del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones. 

Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansancio, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesús, luz de las personas, le ofrecen con alegría todo lo que tienen. La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el evangelio (la buena noticia) es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.

Los reyes magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas de Oriente (Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría hasta el Salvador del mundo. En el románico se representan por edades: Melchor (mayor), Gaspar (maduro) y Baltasar (joven), como se puede apreciar en la pintura de la iglesia parroquial de Navasa (Huesca) que se conserva en el museo Diocesano de Jaca (principios del siglo XIII).

A finales del XIV su iconografía cambia para representar a los pueblos de la tierra que, desde el paganismo, han llegado al conocimiento del evangelio: Melchor (Europa), Gaspar (Asia) y Baltasar (África).

Los Reyes Magos dejaron su patria y casa para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implicaba sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.

Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían y entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos:


·  Oro: que se les daba a los reyes, pues Jesús había venido de parte de Dios como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos.

·  Incienso: que se le daba a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios hecho hombre.

·  Mirra: que se untaba a los hombres escogidos (reyes y profetas), ya que adoraron a Jesús como hombre entre los hombres.

Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.

Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al Niño Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por las personas. Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.

 

3.- SIGNIFICADO DE LA EPIFANÍA

En la Epifanía celebramos el amor de Dios que se revela a todas las personas. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a todos y cada uno de nosotros sin importar su nacionalidad, color o raza. 

Los Magos son las primicias de la humanidad que camina en la búsqueda de Dios. Su significación desborda los límites del relato evangélico para alcanzar horizontes insospechados. En un mundo que parece paganizarse, el creyente no puede perderse en lamentos estériles, sino poner manos a la obra y seguir la tarea de buscar a Dios. Las personas buscamos a Dios sin ser conscientes de ello, por ello, necesitamos identificar a Dios que se esconde en las puertas de nuestras vidas, casas y trabajos.

Como los Magos de oriente, también es necesario que reconozcamos a Dios con fe y confianza. Tenemos que ser evangelizadores para  interpretar los signos visibles del Dios que nace cada día en nuestro corazón y en el prójimo.

El mejor regalo que pueden traernos los Reyes Magos es ser luz en el mundo. Ellos fueron un milagro hace 2025 años. Sería bueno que nosotros seamos un regalo para el mundo, para la familia, para los amigos y compañeros de trabajo. Nosotros podemos ser el milagro de esta navidad en un mundo necesitado de amor y gestos de humanidad.

FELICES REYES




 

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